-Hermano, ¿Estas seguro en esta decisión?-me susurró David, mi cuñado, poniendo su mano en mi hombro. Mirándome seriamente, y lo entendía, que su amigo y compañero de equipo este a segundos de proponerle matrimonio a su hermanita menor no era algo que sucedierq cotidianamente.
-Más que nunca, David. Nunca sentí esa sensación de ser el hombre mas afortunado al estar cerca de Kim. Nunca supe lo que era ser feliz con solo una sonrisa, una caricia, hasta que conocí a tu hermana...
-Saben que tienen todo mi apoyo-sonreí-Ahora ve Romeo. Su Julieta lo espera-reí ante su aliento y camine hasta el centeo de la sala donde estábamos brindando por décima vez el haber ganado con nuestra selección colombiana la Copa América en Brasil
-Disculpen-hablé un poco más alto-Los presentes aquí, los que hace años nos conocemos, saben que ya son parte de mi familia. Tanto mis compañeros de equipo como sus familias han estado en las buenas y malas, apoyandonos desde siempre. Por eso, busqué desde hace tiempo la manera de hacer esta petición de una forma particular y especial. Si bien, los invite aquí con el fín de celebrar nuestra última gran victoria, ese era un gran pretexto para lo que en verdad quería hacer aquí hoy-Tomé aire y con la voz temblorosa me animé mentalmente a seguir-Quería que formen parte de este momento que jamás llegue a creer que sucedería, pero realmente me di cuents cuan equivocado estaba cuando conocí a aquella señorita-señalé a mi preciosa novia, que nerviosamente, jugaba con el dobles de su vestido suelto color azul mar-Kimberly, amor. ¿Puedes venir un segundo?
Con pasos dudosos se acercó a mí, y sin que nadie escuché me susurró-¿Qué sucede, amor?-sonreí ante su bella expresión de confusión
-Cariño... hace tres años nos conocimos, dos en los que afortunadamente tuve la suerte de que aceptaras a ser mi preciosa novia-tomé aire tomando sus manos entre las mías y admirando sus rasgos, sus preciosos ojos, que sentía que solo yo podía descifrar que sucedía en ellos me tenían cautivado-No sé qué tiene tu mirar, que desde ese día en el que te conocí cuando festejamos el haber llegado a la final del mundo me dejaste cautivado. ¿Será tu forma de bailar?-me encogi de hombros acariciando su rostro-O cuando nos besamos ese mismo día ya sentimos que nos gustamos...
-¡Ey! ¡Me dijeron que no sucedió nada hasta la décima cita!-los que estaban presentes en la sala entera rieron, Margarita la esposa de David, le dio un golpe en su abdomen haciéndolo callar
Reí pero aún así me concentre en hacer este momento en algo único-Cuando te tengo en mis brazos el tiempo pasa volando. Cuando yo te vi, mi preciosa Kimberly, me enamoré de inmediato, fue en el acto que mi corazón latio desbocado y mi mente me jugaba malas pasadas haciendome recordarte a todo momento. Y cuando me animé a hablarte, cuando aceptaste una cita, la segunda y la tercera... fui el hombre mas afortunado no creyendo que siquiera algún día me prestaras atención. Y ahora que estás aquí junto a mi, quiero hacerte pasar un buen rato, el mejor de los ratos, para que jamás te arrepientas de estar con este loco enamorado.
-¡Ya empalagan!
-¡David!-negamos con una sonrisa, ese hermano si que era celoso
-Han pasado los años y yo sigo como loco, perdido en tu mirada Kim. Parece que no has perdido la fórmula y la actividad apra enamorarme cada día más, tu me sigues gustando tanto, que si tú te vas, me pongo nervioso y empiezo a temblar-deposité un beso en su frente ya no aguantando a sacar la cajita de mi bolsillo-Ya no me interesan las demás, por eso y muchas cosas más que si sigo sería eterno...
-¡Bravo!
-¡David!-
Rode los ojos a punto de tirarle con lo primero que tuviera q mi alcance-Por eso y más hoy te quiero pedir...-Saqué la caja de terciopelo azul de mi bolsillo y me arrodille enseñandole a Kimberly el anillo con una piedra preciosa en el centro-¿Quieres ser mi esposa, Kimberly?-pedí con la mejor sonrisa que pude
Con los ojos vidriosos y las manos tapando su mueca sorprendida escuche como un sí salió de sus labios. Y sin esperar más le coloqué el anillo en el dedo correcto y me levanté abrazandola por su cintura y dando vueltas con ella en el aire.
-Claro que quiero,mi amor-y entre aplausos, chifilidos, gritos y felicitaciones por parte de nuestras amigos, fui el hombre mas feliz de la tierra.
