Capítulo 7

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Ya estábamos a principios de noviembre, y hoy es el cumpleaños de mi amiga Noa, y por fin va a cumplir los dieciocho. Andrew, su novio y yo decidimos darle una sorpresa e ir a buscarla al instituto. Yo llevaba unos cuantos globos, los cuales Andrew me ayudaba a llevar, James se encargaría de llevar un cartel felicitando a mi amiga y Vanesa llevaba los regalos.

Habíamos llegado diez minutos antes y nos acomodamos en la entrada con los nervios a flor de piel. En ese momento, Daniel salió por la puerta y sin decir nada se unió a nosotros y ayudó a James a sujetar el cartel.

-Ahí está, ¡Noa!-gritó James.

-¡Felicidades!-gritamos todos a la vez

Mi amiga se giró y miró hacia la voz y fue corriendo hacia su novio para darle un abrazo seguido de un beso, después pasó a abrazar a Andrew, a Daniel y a Vanesa.

-¿Y yo qué? La idea ha sido mía, llego a no venir y esto no funciona.

Se acercó a mí para abrazarme muy fuerte y yo le correspondí ese abrazo como se merecía.

-Gracias Eleanor.

Después de todo eso, nos fuimos decidiendo para ir a nuestras casa, James iban por delante mientras yo estaba detrás con Andrew que no quería soltar mi mano y Daniel a mi otro lado.

-Así que ... ¿nueva pareja a la vista?

-Eso parece.-dijimos Andrew y yo a la vez.

-Me alegro mucho por vosotros. Pero ... más te vale cuidar a mi pequeña, ha sufrido mucho y ha estado rodeada de muchos gilipollas, y no quiero que pase otro por su vida.

-Tranquilo, no le haré daño, no pienso hacer sufrir a alguien como Eleanor.

-Eso espero.

-¡Daniel por favor! Y no te preocupes, si me hace algo malo, serás el primero en saberlo.

-Todavía tiene que tener mi visto bueno.

-¡Daniel!

-Perdón pequeña. Por cierto, ¿te pasarás el miércoles por la academia?

-Veo que sigues siendo fiel a los mismos horarios.

-Claro que sí.

-Perfecto, el miércoles me paso para cuando salgas.

-Adiós chicos.

-Adiós Daniel.

-Eleanor, ¿crees que me podría pasar por alguna clase de fotografía a las que vas? Mi padre tiene una cámara y me ha enseñado un poco a usarla y me gustaría ...

-Claro que sí, a Esteban seguro que no le importa, y seguro que te da el visto bueno. Mañana tengo clase por la tarde.

La tarde la pasamos los cinco juntos en casa de James ya que era la más grande y porque estábamos solos en su casa, así que el cumpleaños de Noa fue celebrado en la casa de su novio.

-Chicos, esto hay que celebrarlo de mejor manera, este fin de semana, tenemos que hacer algo especial.-propuse yo.

-Sí, estudiar mucho debería hacer yo.-dijo Vanesa.

-Apoyo.-dijeron James y Noa a la vez.

-Bueno, podemos esperar un poco más para hacer algo juntos, en navidades por ejemplo.

-Yo las navidades no las voy a pasar aquí, mi señora madre insiste en pasarlo en el pueblo. Y hablando de madres, me voy a casa, seguro que ya se está preocupando de que un lunes no esté en casa estudiando.

Después de despedirnos de nuestra amiga seguimos hablando de qué podríamos hacer los cinco juntos. James y Noa estaban cogidos de la mano mientras que Andrew y yo nos encontrábamos abrazados en el sofá de James.

-Así que aquí tenemos a la nueva pareja.-afirmó James viendo la escena.

-Sí, aquí estamos-dijo Andrew en mi lugar.

-La que no se quería enamorar.

-La que le tenía miedo a enamorarse.

-La que tenía miedo de no saber llevar una relación.

-La que no se merecía el amor.

-La que nunca iba a encontrar el amor.

-La que le tenía envidia a las parejas y ahora tiene una.

Esto parecía un partido de tenis, todo lo que decían James y Noa era verdad, pensamientos negativos por lo que a lo mejor todos hemos pasado; pero no quería recordarlos, desde que conocí a Andrew, esos pensamientos no han vuelto a aparecer y él ha sido consciente de que existían.

-¡Suficiente gracias!

Era algo que no quería recordar y aquí tenía a mis amigos recordándomelo, yo bajé la cabeza y la otra pareja se fue a la cocinar para traer algo de comida y de bebida, Andrew notó que no estaba muy a gusto con ese tema y me abrazó más fuerte.

-Tranquila Eleanor, conmigo no vas a tener ninguno de esos pensamientos y no quiero que vuelvan a aparecer por tu cabeza. ¿De acuerdo?

No podía hablar, si hablaba empezaría a llorar, y no era lo que quería en el cumpleaños de mi amiga, por lo que decidí asentir con una sonrisa y darla un beso en la mejilla a Andrew como recompensa. Andrew sacó un papel de su cazadora y me lo entregó.

-Mis sentimientos leyendo aquellos poemas.

Y volví a sonreír de una manera mucho más feliz que la de antes.

-Gracias Andrew.

Después de pasar un rato más en la casa de James, decidimos irnos a nuestras casas, mañana iba a ser otro día e íbamos a necesitar muchas energías.

Por la noche pude tener la suerte de poder leer los sentimientos de Andrew acompañados de un poema de amor.

NOTA:

Muchísimas gracias a todas aquellas personas que estáis leyendo mi historia, la estáis votando y comentando, sois un gran apoyo para mí.

Todo sucede por una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora