4.-Día uno y las salchichas.

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Día uno y las salchichas

Si me pagaran por cada vez que Shawn me trata bien, sería pobre.

Después de mi bromita, en el trayecto a nuestro destino Shawn no dejó de jalar mi cabello.

-¿Quieres parar, aborto? -hablé

-Eso es lo que sentí cuando los niños jalaron mi cabellito. -otro tirón de cabello.

-¿Y que culpa tengo yo?

Se lo pensó. -No lo sé. Ay ya cállate que me desesperas. -otro jalón de cabello.

-¡Basta!

Dejó de tirar de mi cabello. El tonto se cambió de lugar y ahora iba detrás de mi.
Pegué mi sien a la ventana mirando el camino.

Podía ser un video perfecto y muy sad.

{...}

El autobús paró y el encargado se dirigió a nosotros.

-Bueno niños. -me miró y luego fijó su mirada en Shawn. -...y chicos que no tienen amigos para salir en vacaciones. -sonrió. Rodé los ojos. -Hemos llegado, bajarán en orden y se acomodan en fila ¿bien?

No se que era más ridículo, si los pantalones cortos del hombre o mi vida.

Cuando iba a levantarme un tirón de cabello hizo que me sentara nuevamente.

-Pero que mier...

Intenté pararme nuevamente y lo mismo. Caí en cuenta que un mechón de mi cabello estaba atado al asiento.

-Chingada madre. -murmuré.

-Aria, tienes que bajar ya. -Shawn asomó su cabeza por la puerta sonriendo.

Sonríe carajito, te voy a borrar esa sonrisa de un putazo.

-Mi cabello está atado al maldito asiento.

Shawn entró al autobús y se llevó la mano al pecho.

-¿Con esa boquita le hablas a tu mamá? -abrió la boca en una o pequeña.

-Desata mi cabello. -comenzaba a desesperarme.

-De acuerdo, como buen vecino lo haré.

Shawn intentó desatar mi cabello, lo que le llevó unos minutos pues se había enredado.

-¿Ya? -negó. -Ay es que lo estas haciendo mal. ¡Auch! -chillé.

-Ya casii...

-Me duele. -me quejé.

-Ya casi. -gruñó.

Gemí de dolor.

-¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ!?

El encargado entró de golpe al autobús.

-Mi cabello está atado al asiento. -fruncí los labios.

-Oh. -su rostro molesto se volvió tranquilo. -por un momento pensé que...-frunció el ceño. -olvídenlo y bajen.

Asentimos.

-Lo siento Aria. -sacó unas tijeras. -Tengo que cortarla.

-¡No! -me moví lo cual fue mala idea pues me lastimé más la cabeza.

-No hay manera. -negó. -Debo hacerlo.

Entrecerré los ojos.

-Bien.

Y pronto sentí como el nudo de mi cabello dejó de lastimarme. Ahora tenía un mechón más corto que todo mi cabello. Lloriqueé.

-Listo. -sonrió.

Cuando descubra quien fue el imbécil que ató mi cabello...le cortaré las bolas.

Salí del autobús y me uní con los chicos que estaban armando una fogata y troncos para sentarnos.
Caí en cuenta de que en este campamento sólo estaban los niños y niñas del vecindario, Shawn y yo éramos los únicos adolescentes.

Gracias mamá.

-Oye. -me acerqué a mi compañero de asiento. -¿Qué se supone que debo hacer?

-Busca ramas. -se encogió de hombros. -O ayuda al señor Turker con las casas.

Asentí.

Eran aproximadamente las 4:00pm así que me adentré al bosque a buscar las ramas. Estábamos en un buen lugar, cerca del río y con vista a las montañas.

{...}

Salí del bosque con unas cuantas ramas en los brazos y lo primero que vi fue al señor Turker arreglando las casas y a Shawn acostado en el pasto usando un tronco como almohada.

Flojo.

-Oye huevon, ¿no piensas ayudar? -tiré las ramas en abdomen.

Se quejó. -¿Cuándo será el día en que dejaras de tirarme cosas?

-Cuando dejes de ser tan molesto.

-O cuando tu mechón crezca. -rió.

Lo fulminé con la mirada, así a lo Rayita.

-Que gracioso, ojalá no despiertes calvo.

Se levantó y tiró mis ramas a un lado.

-Por que demonios estoy aquí. -murmuró.

{...}

Más tarde las casas de acampar estaban listas y ahora el señor Turker asaba salchichas a la fogata lo cual hizo que mi estómago gruñera, no había comido desde hace muchas horas.

Eran las 8:00pm.

-Listo, toma tu salchicha Jordy. -el señor Turker le pasó la salchicha.

Jordy lamió sus labios y tomó la salchicha del palito que tenía incrustado. Yo esperaba mi salchicha con ansias.

No en doble sentido.

Los niños y el señor Turker comían su salchicha asada, Shawn y yo no teníamos.

-¿Señor Turker? -me miró. -No tengo mi comida.

-¿Acaso no tiene manos señorita?

Viejo de mierda.

-Pensé que...

-¿Qué edad tiene? ¿7 años como estos niños? Yo creo que no. -señaló la bolsa de salchichas. -Tome una y áselo.

Me levanté de mala gana y escogí la salchicha, usé el palito para asarla y luego volví a la fogata. Shawn hizo lo mismo.

{...}

La noche había sido incomoda, tener que dormir en el pasto. Sí. Porque mi saco de dormir no ayuda mucho. Desperté con un dolor de espalda increíble.

Miré mi reloj de mano y eran las 10am, fruncí el ceño al no ver a ningún alma cerca de las casas.

¿Los habrán matado mientras dormía?

Mi idea se esfumó cuando escuché gritos en el río. Caminé hasta ahí y los chicos estaban jugando en el río, las niñas estaban sentadas a la orilla dibujando en la tierra.

-¡Aria, ven aquí! -Jordy, mi compañero de asiento gritó.

Al acercarme vi a Shawn en short.

Sin camisa.

Joder.

¿Qué demonios?

Me abofeteé unas 50 veces para reaccionar.

Shawn ¿atractivo? Bah.

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HOLA PEDACITOS DE PIZZA🍕💗

¡FELIZ DICIEMBRE!⛄️❄️

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𝐌𝐢 𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 | s.mWhere stories live. Discover now