11. Helado alterado.

137K 9.6K 2.8K
                                    

Helado alterado.

Dos semanas después.

Si me pagarán por ir a cuidar a Shawn, sería rica.

De verdad.

Desde la última vez que lo cuidé regresé los siguientes días. Después de mis clases yo llegaba a casa para avisarle a mi madre que iría a cuidar a Shawn, él cual me recibía con bromas y un par de comentarios en doble sentido a los cuales ya estaba acostumbrada desde la pubertad.

Jamás lo había pensado de esa manera pero estar con Shawn era divertido, si lo veías por el lado bueno.
A veces lloramos de la risa. La pasaba muy bien con él.
Los siguientes días fue por decisión propia que quise ir a "cuidar" a Shawn. Realmente no hacía nada, sólo ayudarlo a envolver su yeso con plástico para que se bañara, dentro de poco le quitaban su yeso. Por suerte Shawn estudiaba en línea, así que no había problema.

Toqué por tercera vez la puerta hasta que Shawn abrió la puerta. Reí cuando lo vi arrastrar su pierna por la casa hasta llegar y tirarse en el sofá.

-Douglas cree que me estas robando o algo así.

-Tu me robaste a mi Douglas.

-Para nada. -suspiré. -Le he invitado a pasar la tarde con nosotros para que no se sienta sólo.

Shawn asintió sin decir nada más.

Douglas se unió a nosotros poco después. Shawn no estaba cómodo con ello pues se notaba en sus expresiones y porque estaba sentando de brazos cruzados en el sofá mientras nos veía jugar jenga. Douglas al parecer no lo había notado y si lo hizo lo estaba pasando por alto. Lo que sea que haya puesto a Shawn de mal humor no era impedimento para que Douglas y yo la pasáramos bien.
Era como si yo fuese una niñera e invitara a mi novio para no aburrirme y el niño al cual cuido no le agradaba esa idea. Así como en las películas. Yo soy la niñera, Douglas el novio ficticio y Shawn el niño malcriado.

Así que para controlar la furia interna de Shawn, le ofrecí helado, que tomó de mala gana.

-Shawn ¿quieres unirte? -Douglas le ofreció jugar.

-No, estoy muy cómodo aquí. -metió una cuchara con helado a su boca.

-¿Estas en tus días, o qué?

Reí por el comentario de Douglas.

-Aria, ya no hay helado.

Niño malcriado.

-Hay en la nevera.

-No puedo caminar, ¿recuerdas?

Rodé los ojos, ¿que le estaba pasando? Ayer estaba de buen humor y haciendo bromas, hoy parecía que le picó un bicho y lo puso de mal humor hasta con su mejor amigo.

-¿Ya te ya hablé de Natalie? -escuché a Doug hablar. -Estoy en algo con ella.

-No, no grandísimo idiota. -Shawn gruñó. -¿Quien es ella?

-Una chica...linda.

-¿Y ya? ¿No está buena? ¿Hubo algo más? -tomé una porción del helado de Shawn mientras los escuchaba.

𝐌𝐢 𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 | s.mWhere stories live. Discover now