3

1.9K 152 27
                                    

No sé en qué estaba pensando cuando no le dije la verdad sobre la pintura al señor Feraud, pero ahora ya no puedo volver atrás. Han pasado tres días desde aquello, dos días donde Dylan ha estado evadiendome, pues al parecer ya notó que sé quién es, y por alguna razón eso no le agrada.

Volviendo al asunto de Feraud, no tengo tiempo para arrepentimientos, pues el artista avanzó rápidamente y con la ayuda de la secretaria personal de Dylan, a quien no conocía hasta ayer, lograron conseguir una oportunidad para que pueda exponer mi pintura en un evento importante de Londres, dentro de unas semanas.

¡Iré a Londres!. La idea de conocer al fin el lugar que todo artista debe visitar al menos una vez en su vida me emociona, pero a la vez nervios y preguntas no dejan mi mente tranquila. ¿Este tipo de cosas hacen en las pruebas? ¿Y si no paso los tres meses de prueba? ¿Qué tal si Feraud está loco y a nadie le gusta mi pintura?.

Pero principalmente, ahora que Dylan me evita, ¿cómo podrá evaluarme?.

Y como si lo hubiera llamado con la mente, aparece tras la puerta, distraído en su teléfono. Va hacía la cafetera, aún sin haber notado que estoy sentada en la mesa detrás de él. Lleva puesto un traje negro, sin corbata, que lo hace ver sumamente profesional y sensual.

Si, admito que Dylan es sensual, dejen de gritar de la emoción internamente, todos sabemos lo sensual que es.

Él voltea y como si hubiese chocado con una pared imaginaria da un paso atrás sorprendido al verme, pero luego se recompone haciéndose el indiferente y sosteniendo su taza de café en la mano derecha, se sienta frente a mi pretendiendo ignorarme con su costoso teléfono.

-¿Vas a continuar ignorandome?-Le cuestiono, hablándole por primera vez en tres días. Él aparta la vista de su teléfono y me mira, aún indiferente.

-Lo siento, señorita, no suelo hacer sociales con novatos-Responde este, actuando con un inconfundible egocentrismo.

Lo miro ofendida, no me lo tomaba por alguien tan sobrante y antipático.

-¿Vas a seguir fingiendo que no me conoces? ¿Qué haces, Dylan? ¿Por qué no me dijiste que eras tú?-Vuelvo a preguntarle, ignorando su comentario anterior. Dylan rueda los ojos y suspira, como si estuviera cansado de esta conversación, lo cual hace que me irrite aún más su actitud.

-Lo siento señorita Black, pero no me conoce de nada ni yo a usted. Usted es solo una novata a la que estoy supervisando.-Se justifica, mirando hacia atrás un momento, donde un vidrio de cristal separa la cocina del resto de las oficinas y pasillos. Es este lugar el único que no cuenta con privacidad, pues el resto de las oficinas y demás, tienen puertas y paredes que hasta podría apostar a que son a prueba de ruidos.

-¿Y vas a decirme que no me recuerdas? ¿Ni a mis hermanos?. Por favor, Dylan, que recuerdo muy bien cómo habías arruinado la situación conmigo, por supuesto que nos conocemos.-Le reprocho con ironía y cinismo en mi voz. Él me mira y quiere hablar, pero continúo- No soy estúpida, señor Hardfor, Betcher, Dylan, o como sea que deba llamarte.

Él permanece callado durante unos segundos, pensando en qué decir, y luego me responde con aparente frustración.

-Te conozco a ti y a tus hermanos desde pequeño, pero debo aclararte algo, yo no tenía ninguna "situación" contigo... Y por favor, ya olvídelo señorita Black, no seamos inmaduros, lo que sucedió en el pasado fue cosa de niños-Lo dice tan despreocupado que me deja sin habla, pero no se me pasa por alto el hecho de que cuando comenzó a hablar, dejó de tratarme de "usted".

Entiendo que no tengamos la misma edad que en aquellos tiempos, una chica de veinticuatro años no debería estar aquí y ahora reprochandole a su superior lo que sucedió en el pasado, inmaduro de mi parte, lo sé, pero realmente me molesta la forma en que decide simplemente hacerse el desentendido, como ajeno al hecho de que él ya me conoce.

-¡Tu actitud es cosa de niños! ¿Por qué no me dijiste que eras tú? ¿Por qué me evades así?-Le pregunto apoyando mi espalda en el respaldo de la silla y cruzando mis brazos. Una mujer pasa por allí, atrayendo nuestra atención unos segundos por el estruendoso ruido que generan sus tacones al chocar contra el piso cuando camina.

-Le pido que me trate de 'usted' aquí, cualquiera podría entrar y al vernos platicar con tanta confianza pensaría que tenemos una relación más cercana a la que deberíamos. Le repito que soy su supervisor y usted una novata a la que puse a prueba, pensarán que estoy ayudandola-Se justifica bajando un poco la voz e inclinandose hacia adelante.

-¿Relación más cercana a la que deberíamos? ¿ayudándome?. ¡Santo Dios! ¿acaso no está usted ayudándome? me doy cuenta de las cosas, señor Hardfor. Dudo que a cualquier "novata" le consigan un reconocido artista para que critique su trabajo, o una exposición en Londres a pocos días de haber comenzado la prueba. Ahora dígame ¿De veras no está usted ayudándome?-Ataco nuevamente. Él no estaba siendo totalmente sincero conmigo, no parecía serlo, y el hecho de que sea mi jefe por los próximos tres meses no hará que lo trate diferente a como trato a otras personas.

Tengo una personalidad fuerte, antes parecía una pequeña e inocente niña que se dejaba pisotear, pero en estos años he pasado muchas cosas y ya no voy a tolerar que nadie me pase por alto.

Dylan sonríe y luego, volviendo a la posición inicial, pues aún continuaba inclinado hacia adelante, niega y acomoda su cabello con nerviosismo, cosa que me llama la atención.
Entonces noté que él no había cambiado ese detalle, es como un pequeño tic, era la única cosa que lo delataba cuando de niño su madre lo regañaba al portarse mal y él intentaba encubrir su pequeña travesura.

Interrumpiendonos, entra a la cocina un hombre de traje conversando animadamente con una mujer de baja estatura, camisa de jean arremangada hasta los hombros y un short. Supuse que ella era una artista por las manchas recientes de pintura en su mano izquierda y su despreocupada vestimenta. ¿He comentado ya que aquí le ofrecen una oficina a los artistas para que, si así lo desean, ese sea su espacio personal para desatar su creatividad? Puesto que en el edificio no solo hay ejecutivos aburridos encargados de la parte comercial y representativa, sino también muchos artistas intentando encontrar inspiración al caminar por los pasillos. Me parece sumamente entretenido verlos deambular, muchos observando cosas pequeñas, captando sus detalles para guardarlos en su memoria y luego recrearlos en un cuadro o incluso tomando fotografías, pues esta empresa también abarca el arte de la fotografía y la música.

-Vaya a mi oficina en cinco minutos, señorita Black, hablaremos más cómodamente allí-Susurra el señor Hardfor levantándose de la silla y se retira llevándose la taza de café con él, sin esperar respuesta de mi parte.

*****************************************************

Hola hermosuras, esta vez no me tardé tanto en publicar, estoy ansiosa por continuar y ver sus reacciones. Con toda la maldad del mundo, me atrevo a decir que mientras ustedes sufren en cada capítulo, yo disfruto de su sufrimiento con una taza de té en mano y una sonrisa maligna 😂.

Bien, ahora, hablando seriamente: debo avisarles que este libro será un poco subido de tono en ciertos capítulos, a diferencia del primer libro; y aunque que todas las menores de edad ignorarán este de talle, por obligación debo decirles que habrá escenas +18, al igual que lenguaje obsceno y vulgar, en algunas ocaciones.

Pero vamos, que sé que a todas y todos les gusta el morbo, no me lo nieguen.

Leí cada comentario del capítulo anterior, gracias por el apoyo ❤ quiero que sepan que siempre me tomo el tiempo de leer sus comentarios y responder todos los que puedo.

Un saludo a las lectoras de Uruguay, Argentina, Perú y México.

Oh, y no lo olvidé, les dedico este capítulo a:

Candelita_fx

aby_castro

GeraldineVallejosCam

Antototu

brave_lion, fuera.

Proyecto RepeticiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora