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-Vaya a mi oficina en cinco minutos, señorita Black, hablaremos más cómodamente allí-Susurra el señor Hardfor levantándose de la silla y se retira llevándose la taza de café con él, sin esperar respuesta de mi parte...

Y si pudiera retroceder el tiempo y volver a ese momento, no sé qué habría elegido; ignorar su orden e ir con Feraud para organizar algunos detalles de mi trabajo o, por segunda vez, hacerle caso a Dylan e ir a su oficina.

Pero sin dudas, sé que lo que ocurrió en su oficina fue realmente una sorpresa para mi.

...

Toco la puerta de la oficina de Dylan, sintiendo el frío tacto de la madera golpear con mis nudillos, esperando a que él me dé la autorización para entrar.

He notado en esta corta conversación que tuve con él en la cocina, que a pesar de ser el mismo amigo de la infancia de mis hermanos y mi vecino (con el cual pasé extraños momentos en el último año de instituto), Dylan ya no es como antes, ahora se mantiene mucho más serio a como lo recuerdo, también noté las poses de seguridad y firmeza que adopta cuando otro compañero de trabajo se encuentra cerca... Y emtonces una duda comienza a presentarse entre mis pensamientos, ¿cómo debía llamarle a él?, no dejaba de confundirme el hecho de no saber si dirigirme a él como "Dylan", como "señor Hardfor" o "Betcher"; quizás porque, tal vez, Dylan ya no sea tan conocido para mi.

Abro la puerta luego de escuchar un "pasa" y entro a la oficina. Lo veo al final de la habitación, apoyado en un costado de su escritorio con ambas manos en los bolsillos de su traje, como si se hubiese dedicado a esperarme en la misma posición durante estos cinco minutos; siete para ser más exactos.

La puntualidad exacta no es lo mío, pero al menos no había tardado media hora como sucedió ayer, cuando Feraud había solicitado mi presencia en su oficina (por así decirle, pues ese lugar que se supone que era su oficina estaba completamente lleno de papeles pintados con acuarelas por todo el piso y un playlist de Zain Malik resonando en todo el lugar. Allí descubrí que la seriedad de Feraud era nada más que una pequeña actuación para asustar a los novatos, pues era alguien totalmente loco y despistado) y qué decirles de la media hora tarde... Me perdí por el edificio buscando la oficina.

-Cierra la puerta-Articula Dylan con seriedad. Lo hago sin pronunciar palabra y con movimientos delicados, sentía que en cualquier momento mi cuerpo haría algo torpe, como siempre-...Con pestillo-Pronuncia luego de que la puerta haya estaca completamente cerrada. Giro mi cabeza y lo observo.

¿Qué?

Aún así pongo el pestillo sin protestar a nada de lo que me ordena, y al finalizar giro todo mi cuerpo a su dirección y camino hasta el centro de la oficina sin saber qué hacer. Él se mueve del escritorio hasta quedar frente a mi, y me observa de pies a cabeza.

-¿Qué suc...?

-Estás diferente-Murmura. Levanto una ceja y me quedo observandolo, sin entender a qué vino eso, pero él continúa escaneandome.

-Tu también-Respondo. Él deja de estudiarme y al fin mira mis ojos, entonces se acerca un paso más a mi y dirige su mano derecha a una de las tiras de mi blusa que caía en mi hombro, fuera de su lugar, y la acomoda de regreso a donde debería.
El simple tacto de su mano, fría como el hielo a pesar de ser hoy un día con un clima templado, me pone los pelos de punta al rozar con mi hombro y parte de mi clavícula.

Aún mantiene su mirada fija en mis ojos, y sigue haciéndolo cuando su mano se posa sobre mi pómulo, dejando leves caricias con su pulgar.

¿Qué está haciendo?

Parece tan tranquilo y consciente de esto, como si yo fuese la única en esa oficina que no entendía lo que él intentaba.

-¿Cómo están tus hermanos?-Pregunta, y entonces mi expresión cambia completamente de una extrañada a una seria, completamente seria.

Proyecto RepeticiónWhere stories live. Discover now