Cinque: sorrisi e morsi

1.3K 211 220
                                    

Yo te escucharé con todo el silencio del planeta, y miraré tus ojos como si fueran los últimos de este país.

Déjame ver cómo es que floreces, con cinco petalos te absorberé, cinco sentidos que te roban sólo un poco de tu ser.
Flores- Café Tacvba

Lo primero que se me ocurrió mandarle a KyungSoo fue una amenaza directa por mensaje. Algo tipo:

Necesito hablar contigo y no acepto "no" por respuesta. Te espero en las jardineras frente a tu edificio. Sino vienes, sé donde vives.

Entonces, inmediatamente después del desayuno con los Wu, me viene a esperarlo.

Y aquí me encuentro, sentado a la orilla de una de las jardineras que adornan los edificios al rededor, esperando la respuesta de una exigencia mía. El berrinche radica como un porcentaje en mi cuerpo, que de cien se divide en dos. La mitad se inclina en las enorme ganas que tengo de ver a KyungSoo, y la otra mitad en las necesidad de tener respuestas. Y no entiendo porque de momento me sentí timado por el niño guapo por no haberme dicho que era sordo.

Ahora ¿cómo se supone que yo iba a saberlo? ¿cómo sé si es una persona hipersensible a la que puedo ofender con mis preguntas? Cuando yo era niño y estaba en la primaria, un niño más grande me molestaba porque el muy hijo de puta pensaba que era divertido, el bullying era como su vitamina del día para vivir sano. A los ocho años jamás había experimentado tanto enojo como en aquel entonces que, después de estarme pateando la espalda en el hueco de mi silla, me giré a gritarle que dejara de hacerlo. Oportunamente y como en muchos casos, mi maestra había salido un momento, así que no tenía un respaldo si el loco ese me quería matar. De repente todos mis compañeros abuchearon y el grandulón llorón se sintió ofendido. Menuda copia de Darla. Él rabioso, pero menos rabioso que yo, en vez de golpearme o algo me atacó con sus palabras, y de verdad jamás, jamás, jamás, quise volver a molestar a alguien aunque me molestara a mí. Una familia, a mis ocho años, estaba compuesta por un padre y una madre, para mi suerte era un abuelo y una abuela, pero ese niño creía que era la mejor ofensa del momento, y con sólo mencionarlo, me eché a llorar.

Humillación al tope, olvídate si te decían que no te iban a pagar una quincena o que tu novia te iba a cortar por ser poco detallista, si alguien se burlaba de tu familia a los ocho años, te hacía añicos el corazón. Y yo era un niño muy sensible.

Entonces ¿si hablar de su sordera hacía molestar a KyungSoo? ¿Si de repente yo hacía algo que lograra poner en jaque al niño guapo? Es a donde llega mi conclusión de que, actuar pensándolo, hubiera sido mejor.

Miro mi móvil y sólo quedan dos minutos del tiempo que le di. Yo era muy serio con mis amenazas y, aunque KyungSoo fuese sordo, aporrearía su puerta hasta que de milagro pudiera escuchar y me abriera para ver lo encabronado que estaba. No había siquiera contestado si aceptaba la amable invitación que le hice. Tampoco es que me dijese sí mi amor, te veo en veinte minutos, pero por cortesía, se contesta un mensaje ¿no?

Abochornado miré al edificio de Wu y después de toda esa espera, al fin pude ver a KyungSoo.

Estaba igualito a hace una hora. Camiseta larga de dormir, y un short que me invitaba a imaginar el morder sus blancos muslos. Demonios, ya era casi medio día y aquello no justificaba si tenía una erección mañanera. Su pelo estaba ordenado, tenía la cara limpia y una expresión bastante serena. Se acercaba más y más y la verdad ya ni sabía cómo lidiar con eso.

Se detuvo a un metro de mí, yo no me moví ni un centímetro por si las dudas y enojado, sin detenerme, exclamé.

-¿Por qué no me dijiste que eras sordo?

SIRIUS »BaekSooWhere stories live. Discover now