Simon 2

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Estoy muy feliz de vivir con Penelope pero la idea de tener lejos a Baz durante las noches me mata por dentro.
No tener los brazos al rededor de mi cintura en las noches frías, dándome su calor, viendo el suave rubor de sus mejillas por la sangre que acaba de sacar de algún animal en su cacería y el leve olor a sangre que se puede percibir en su aliento, seria todo.
Ya fue demasiado duro tenerlo lejos cuando volvió a Watford para terminar el año escolar, por eso fui al baile de graduación, porque no soportaba otro minuto lejos de mi Baz, me emocione tanto al verlo en su traje elegante tan lindo, vi emoción en sus ojos al verme también, y cuando envolvió mi cola de dragón en sus manos, casi me derrito ahí mismo, sentir sus calidad manos al rededor de mi cuerpo y de vez en cuando una caricia a mis alas o a mi rostro, seguido de un cálido beso, fue una de las mejores noches de mi vida.

La noche anterior Baz me llevo a cenar para celebrar nuestro aniversario número 9, fue demasiado romántico, llego al apartamento con un oso de peluche y un ramo de rosas blancas, por algún motivo Baz odia las rosas rojas, creo que tiene algo que ver con que el es un vampiro.
-Hola Snow, feliz aniversario, mi pequeño dragón. Es lo primero que oigo cuando abro la puerta y lo siguiente que siento es un beso cálido, últimamente Baz a mejorado mucho desde la primera vez que lo bese.
- Gracias mi amado chupasangre, te deseo lo mismo. Baz odia que lo llame de esa manera, pero no puedo evitarlo, me encanta ver como se enoja y se pone nervioso luego de oír como lo acabo de llamar.
Cuando me oye llamarlo así me jala levemente mi colita de dragón y yo chillo de dolor ya que mi colita es muy delicada, pero Baz parece disfrútalo, me conjura un hechizo para que mis alas y la cola se vuelvan invisibles y nos vamos, no se a donde quiere llevarme hoy, dice que luego lo averiguare. Hay que admitir que Baz se ve demasiado lindo en el traje que lleva, es ajustado y de color negro, lleva una camisa blanca con una corbata azul con un diseño muy peculiar, lleva el cabello suelto a la altura de los hombros y un leve rubor en sus mejillas. Yo no me veo tan bien en un traje pero igual lo uso porque Baz me lo pidió.
Al cabo de un rato llegamos a un restaurante, estaba solo, parecía cerrado, pero Baz entra con tranquilidad, saludando el hombre de la puerta. Me demore un rato en entender que teníamos el restaurante sólo para nosotros dos, así es mejor ya que a Baz y a mi no nos gusta salir a lugares muy llenos de gente porque a veces nos encontramos con homofobicos que nos ofenden y de más, también porque a Baz no le gusta que la gente lo vea comer, así como a mi no me gusta cuando las personas pisan mi cola o cuando se empieza a enredar con todo por la leve curvatura de la punta triangular.
Nos sentamos en una mesa y de una manera tranquila transcurrió la noche.

Cuando volvimos al apartamento Penelope ya se había dormido, realmente no esperaba que estuviera despierta, pues son las 2 de la mañana.
Baz cierra la puerta tras su entrada, se acerca muy lentamente y siento su cuerpo tan cerca al mio, y muy lentamente hundo mis manos en su pecho mientras el me rodea la cintura con sus cálidas manos, siento una presión en los labios entre beso y beso, muy lentamente sus besos bajan a mi cuello dándome besos lentos pero apasionados. Su mano se cola por mi camisa y en un movimiento rápido me despoja de esta junto con la corbata que esta tenía encima, su mano sube por mi espalda hasta llegar a mis alas, en este punto sus labios volvieron a subir a mi boca, son estos momentos que no quiero que terminen nunca. Paso mi mano por el pecho de Baz y comienzo a desabotonar lentamente los botones de la camisa de Baz, uno por uno, hasta que puedo ver su pecho desnudo, desde su cuello hasta sus abdominales perfectamente marcados, y ver como sus ojos quedan postrados en la cruz que llevo en mi cuello, no se porque aun la uso, si se que Baz no me va a matar.
-Snow para de usar eso, cada vez que te la voy a quitar me quemo y no se si sabes, pero duele.
Se veía enojo y tristeza en su mirada, podría jurar que hay lágrimas detrás de esa mirada dura.
Rápidamente me arrancó la cruz de mi cuello y la tiro a la basura de la cocina y vuelo junto a Baz y digo:
-Lo siento, es que es lo único que siento propio, pero ya no la usare, lo prometo.
Baz rápidamente me envuelve en sus brazos en señal de protección y luego de unos segundos me toma en sus brazos como una princesa, el sabe que lo odio pero hoy se lo permito sin protestar, se dirige a mi habitación, entra con toda tranquilidad y me deja sobre la cama y el se postra encima mío y comienza a besarme nuevamente, me desabrocha el cinturón del pantalón y en cuestión de segundos me encuentro desnudo, Baz todavía conserva una pieza de su traje, pero ambos sabemos que pronto ya no estará. Baz ve mis nervios y se acerca al oído y me pregunta:
- ¿Nervioso?
Yo lo miro fijamente y aciento lentamente, que el nota el leve temblor en mis manos y me abraza con fuerza y me susurra al oído.
-Snow eres lo que más quiero en este mundo, puede que esté muerto, pero siento que tu eres mi vida, desde que te conozco he reprimido el sentimiento que me atrae hacia ti, he contenido el deseo de hacerte totalmente mío, el dolor de vivir contigo y tu pensando que te odiaba era muy abrumador, y en este punto ya no me puedo contener más, así que por hoy ¿Me puedes perdonar?
Una sensación de amor me inundó el pecho y tomó su rostro entre mis manos y lo beso con con todas las fuerzas que tengo en cada parte de mi ser, Baz lo nota y muestra una sonrisa confidente, mientras se aleja por unos segundos para quitarse el pantalón y comienza a besarme mi pecho.
Por fin es real, Tyrannuss Basilton Grim me va a hacer el amor.

Juntos Por Siempre Where stories live. Discover now