Capítulo 6.

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— Quiero que esta vez sea algo diferente

— ¿Que quieres hacer?

— Espera tengo algo justo aquí...

El distinguido hombre se acercó a un buró, de un cajón sacó un disco que seguidamente metió al reproductor y en la pantalla apareció un hombre embistiendo salvajemente a otro.

— Jaja, estas loco...

— Quiero que hagamos exactamente lo mismo que ahí.

— Mmm ok. Tu mandas...

Comenzaron a repetir paso a paso lo que estaba en la pantalla, le sorprendieron varias cosas que jamás había visto, como una parte en que él se recostaba y el elegante hombre se ponía encima de el subiendo y bajando a su antojo. Y otra parte más donde él se liberaba su excitación encima de su cara. Luego tomaron una ducha juntos.
Cuando salió noto varias llamadas su su jefe así que se las devolvió, no era nada bueno no responderle aunque estuvieran con clientes.

— ¿Hola? Manu ¿Que pasa?... Sí, sigo con él... ¿¡Que!? ¿por qué yo?... Esta bien... Voy para allá...

— ¿Problemas?

— No, solo es otro trabajo... — Tras darle un último beso que el hombre le pidió se marchó.

* * *

— Adelante... — temeroso César entró en la flamante oficina.

—Buenos días — Pedro no tenía ni una pizca de nervios.

— Buenos días chicos, adelante, tomen asiento. — se sentaron tímidamente.

— ¿Y bien? ¿En que puedo ayudarlos?

— Vera... Tenemos entendido que esta buscando personal...

— Así es. Entonces quieren el trabajo...

— Así es señor, mi amigo además es muy trabajador, no le quedaremos mal.

— Muy bien. Así que... ¿Creen tener lo necesario? — el viejo hombre se levantó y comenzó a examinarlos, César estaba temblando de miedo.

— Sí, señor

— Ya veo... Lo siento muchacho — se dirigió a Pedro — pero a ti no podremos contratarte, tu amigo parece tener más experiencia.

— Pero señor yo puedo...

— Lo siento muchacho, puedes retirarte.

Muy a su disgusto el chico abandono el lugar, una vez más no tubo suerte.

El jefe volvió a sentarse, encendió un cigarrillo.

— ¿Cómo te llamas, muchacho?

— Ce-César...

— Y quieres el trabajo...

— Claro que sí señor.

— Te preguntarás por que no le di trabajo a tu amigo.

— ...

— Muy sencillo, no te gustaría que tu amigo se dedicará a la prostitución ¿o sí?

César se quedó helado, ¿de que esta hablando ese viejo? El noto su asombro.

— ¿Qué pasa?

— Vera señor, yo no sabía...

— No sabías que esto es una empresa de prostitución. Pero ¿cómo puedes no haberlo sabido?

Me VendoWhere stories live. Discover now