4. Deseo cumplido

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Jimin se fue directo al cuarto de baño. Se desnudó y se metió en la ducha. Por suerte cicatrizaba algo más rápido de lo común aunque no era instantáneo, así que sus marcas se habían curado ya bastante. La ducha le sentó realmente genial, disfrutó del agua caliente cayendo, pues estaba cansado de recibir la fría lluvia sobre su cabeza. Pensó en todo lo que había hecho Hoseok por él, sin pedir nada a cambio, fue el ser más generoso que había conocido en su vida y aquello le hacía sentirse realmente bien.

Llevó toda la ropa a aquel cesto de ropa sucia que tardó en encontrar 15 minutos. Tanto sus calzoncillos como la ropa que le había prestado. Se vistió con la propia y luego llevó las sábanas al cesto también. No sabía cómo se ponía la lavadora ni dónde guardaba las sábanas limpias, pero haría algo por él, algo mucho mejor que hacer la cama.

Había escuchado su deseo y pensó que, tras tanta generosidad, lo mínimo que podía hacer era cumplirlo.

Se puso manos a la obra. Fue buscando todo rastro de aquel chico, Taehyung, en cada foto y rincón de toda la casa. Guardó las cosas que quedaban en una caja que estaba solo llena a la mitad y se las apañó dejando la puerta entornada para ir sacando todas las cajas.

Una vez que se deshizo de todas las cosas, dejó todo ordenado y encima de su cama dejó un colgante, el que solía llevar en su cuello a pesar de que, al estar deambulando por las calles, prefirió guardar en los pantalones y allí seguía tras haberse lavado la ropa. Era redondo, plateado, con una piedrecita de color dorado como el de su pelo.

Se fue de la casa dejándola cerrada para que no entrase nadie y sonrió mirando la puerta antes de salir del edificio. No sabía cómo había llegado allí, ni dónde estaba, pero empezó a caminar con cierta tranquilidad. Había empleado toda la mañana en deshacerse de las cosas de Taehyung así que le había dado hambre.

Tras un rato caminando divisó un parque a lo lejos, quiso ir allí, tal vez había frutas y podría comer algo más. Había estado paseando cuando se cansó, no había nada de comer por allí así que se sentó debajo de un árbol y se apoyó en el tronco. Hacía frío, se abrazó a sus piernas y escondió la cabeza en ellas.

Quería llorar, estaba de nuevo sin un techo, sin saber a dónde ir. Quería volver a su casa, o mejor aún, dejar de ser quien era. Veía que la vida era fácil para el resto de humanos, para unos más que para otros, pero para un ángel era realmente horrible. No podía llorar, debía ser fuerte sin derrumbarse, pero cuando alzo su cabeza en un suspiro, divisó a una mujer rubia que se acercaba a él. Era muy guapa, aunque no tenía un rostro asiático. Llamaba la atención de algunas personas por lo bella que era.

-¿Jimin?

-Sí, soy yo –dijo él mirándola.

-Sabemos lo que ocurrió con JungKook, pero no puedes volver ni estar vagando solo, tienes una nueva misión.

-Pero... No es que yo no quiera aceptarla... Es que no puedo estar viviendo en la calle o meterme en la casa de la persona que acabo de conocer, desconfían, y necesito vivir como una persona decente para poder acercarme a los demás sin que me ignoren por parecer un vagabundo... ¿Y por qué las personas ignoran a esas personas? Les podrían dar comida...

-Sabemos que es injusto el trato de la gente hacia el resto de personas más desfavorecidas, también hay algunos que se aprovechan para sacar dinero aunque sea mentira. Hemos visto cómo has estado viviendo y hemos decidido ayudarte, hay un... ángel caído, fue expulsado hace unos años, vive aquí y puede darte trabajo, hemos contactado con él y ha accedido.

-¿Un ángel caído? ¿Es malo? –preguntó Jimin preocupado del lugar en el que le estaban metiendo.

-No es malo, simplemente escogió vivir aquí y allí ya no tenía cabida. Debo presentártelo, también hemos encontrado un lugar en el que puedes vivir. Ellos lo llaman casa, pero no es ni en sueños como las casas que tenemos nosotros allí, ya lo imaginarás, supongo...

Wings [Hopemin]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon