sʊaʋɨɖaɖ

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Esta vez las chicas habían salido con el tercer integrante de su grupo, porque este se quejo que lo habían abandonado sin piedad, a comprar ropa. Una felicidad para Bon, adoraba elegir comjuntos para sus amigas o ver cosas "cools" que probablemente nunca pueda comprar y menos usar.

Ambas chicas iban detrás de Bon, siendo guiadas por este y su hiperactividad, lo cual llenaba de dulzura el corazón de ambas chicas.

— ¡Chicas! — La voz del peliturquesa las llamo emocionado.— Miren, miren. Se verían bien en ustedes.

Con miradas curiosas vieron el conjunto de ropa que él señalaba, un par de vestidos cortos y sueltos que normalmente de usaban para días de campo. De colores crema y blanco, aunque ambos con distintos accesorios.

— Lindo.— Afirmo la albina desinteresadamente.

— Como siempre, tienes buen gusto en la moda, Bon.— La rubia le regalo una sonrisa.

— Me gustaría que se los prueben.— Comentó en voz baja sonrojado.— ¿Si?

La mirada ambarina y la celeste se cruzaron por un momento al mismo tiempo que suspiraron resignadas, por su parte, Bon río victorioso.

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—¿Me recuerdas el porqué hacemos esto? — Se quejo por quinta vez la albina ya con su vestido puesto, esperando a Joy que aun no salia de su vestidor.

— Porque Bon es nuestro amigo y... — Pareció quejarse.— sabes que somos lo más cercano a una figura femenina desde que murió su madre, según lo que me decía, ella le dejaba elegir su ropa.— Había cierta molestia en el tono de Joy.— Así que me vas a dar una de esas sonrisas y alegraremos a Bon, que su padre últimamente a estado peor que antes.

Meg se quedo callada, dándole a entender que estaba de acuerdo.

Joy abrió lentamente la puerta y asomo su cabeza. Meg pido notar el hombro desnudo de esta, trago saliva.

— ¿Me ayudas? — Pregunto con un hilo de voz.— No sé ni como ponerme esta cosa, tiene tantas cosas que me da pena arruinarlo.

— C-claro.

La albina entro y cerro la puerta tras de si, mantuvo la calma. Ya se habían visto en ropa interior antes e incluso se podría decir que es como la ropa de baño.

— Toma.— La rubia le pasó el vestido.

¿Que pena? Joy en su intento de ponerse el vestido termino volviéndolo una bola enredada. Meg suspiro, la próxima vez le daría el vestido que no tenga tantas tiras.

— Bien, hijita, alza los brazos.— Ordeno una vez que termino de colocarlo bien.

— Si~

Ambas rieron por el rol que habían tomado. Aun entre risas Meg comenzo a colocar el vestido, pudo haberle dicho que se lo coloque desde abajo como una falda pero, por ahora aprovecharía. Accidentalmente sus dedos rozaron los hombros de esta, sintiendo la suave y tersa piel de Joy. Con lentitud bajo el vestido hasta que este pueda caer solo y la rubia lo acomode.

— Gracias.— Le regalo una sonrisa.

Meg se quedó a espaldas de ella, subió el cierre del vestido y la abrazo. Aspiro su dulce aroma, que tanto adoraba.

— ¿M-Meg?

Acaricio con cuidado sus hombros hasta llegar a sus codos, repetio como dos veces la acción hasta que se dio cuenta de lo que hacia. Un rubor apareció en su cara, y pudo notar gracias al espejo que Joy también tenia uno.

— Bon nos espera, vamos.— Dijo tranquila mientras se separaba de Joy

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— Pareciera que tuvieran fiebre.— Comento Bon divertido.

Ambas chicas solo rieron y cambiaron de tema.

Idk
Creo que haré maratón xdxd

Dulce tentación - MangloyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora