ʄʟօʀɛs

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Capitulo largo(? bc si uwu

Meg se levanto de su cama con un humor raro de ver en ella, le parecía que todo brillaba y hasta podía ver cierta hermosura en el horrible dibujo que Fox alguna vez le había regalado hace un par de años.

Y es qué, desde el momento que hablo con Joy pudo notar de que podría haber alguna oportunidad con ella ya que no la rechazo del todo y sólo le pidió que no la confundiera tanto. Ella sabia del gran peso que le conllevaría a la rubia si quiera el pensar sobre un relación con una chica... No, eso no le gustaba. Corrección, un relación con Meg. ¿Que decir? Los padres de Joy eran unos cretinos y malditos.

Recordó que en hace bastante tiempo, ellos castigaron a Joy por intentar ayudar a una pobre anciana que se había caido.

Y así era como el humor de Meg se iba a la verga. En fin, una vez se preparó para asistir a su escuela y comer algo, salio de su hogar.

Antes de llegar a la institución se detuvo en el parque cercano a este, donde innumerables veces paseo y compartió momentos con su banda. Y entre aquel paisaje algo llamo su atención, una sonrisa segura apareció en ella.

• • •

Y ahí estaba la albina, con el uniforme sucio y desordenado, en la sala de detención esperando su turno para salir. Se convenció de que no podría ser tan malo pero la persona que tenía a su lado le hacia arrepentirse, después de todo Maggie le miraba con recelo.

— ¿Y a ti que te sucedio, niña? — La pelirosa miro indiferente mientras mascaba un chicle.— Parecía que te hubieras revolcado en lodo.

— Que graciosa, señorita sonrisa.— Saco la lengua.

Logró que la pelirosa se sonroje por la vergüenza, ambas compartían un pasado oscuro. La infancia en su momento parecía linda pero ahora era lugar de chantajeós.

— Bien, solo quería ser amable.— Fruncio el ceño y miro hacia al frente.— Maldita Mai, no le volveré a hacer caso.

— ¿Mai? ¿Marionette? — Asoció rápidamente la albina.— ¿Hablas de la otra albina loca? ¿La de la obsesión con Disney?

— Ella misma.— Comentó mirándola atentamente.— ¿Algun problema con ella?

Ella negó rápidamente, podía sentir que en cualquier momento la golpearía y no quería formar una pelea. Queria ver a Joy.

— Solo que me parece raro, ambas son tan. . . opuestas.— Hizo una leve pausa.— Además que es del tipo de personas al cual mandarías de una patada a otro lado a la mínima tontería.

— Ella es especial... — Pudo notar cierto temblor en su labio.— Es mi novia.

Ambas quedaron en silencio durante un rato, la casi rapada agradeció que sólo estén sus "hermanos" durmiendo en la parte de atras.

— Aunque ya debes saber que el único heterosexual del grupo es Deuz.— Alzo los hombros indiferente.— Los idiotas de atrás aún no lo aceptan pero se traen locos entre ellos, solo mira sus manos.

Y en efecto, ambos dormían acurrucados mientras se agarraban las manos. Meg sacudió la cabeza y se  formuló una duda.

— ¿Como le hiciste para que se enamorará de ti? — La pacifica mirada de Maggie cambio a una de puro enojo.

— ¿Te estas burlando de mi?

"Que delicada" — Pensó mientras bufaba y acomodaba su mechón.

— Para nada chicle, solo me da curiosidad ya que en tu caso debió haber sido más difícil que con Deuz.

— Pues.— La primera sonrisa en toda la conversación se hizo presente en la cara de Maggie.— No fue nada fácil porque la asuste y se convenció que era algún tipo de secuestradora, en ese entonces me di cuenta de que las cosas se toman con calma si quieres que resulten.

Ambas suspiraron.

— Si me hubiera apresurado y forzado todo, quizás ahora mismo este en la cárcel y con el odio de la.persona que más quiero.— Río levemente, Meg se dio cuenta de lo que podía hacer la persona especial.

Maggie nunca reía.

La campana sonó y se pudo apreciar a una sombra saltando en la puerta. La pelirosa se levantó guiñándole un ojo a Meg y se fue con la de ojos morados.

Meg sonrió.

• • •

Se dirigio al patio de la institución, más específica, a la pequeña zona donde se hallaban varias bancas cerca del club de jardinería. Ese era el punto de reunión de los Toys, sin importar que, debían hallarse ahí.

Al llegar solo pudo ver a Joy con los ojos cerrados, disfrutando las brisas continuas de aire que habían en el lugar. Bon no estaba, ya se preocupaba debido a las constantes ausencias de este. Pero era una oportunidad que debía aprovechar.

— ¡Joy! — Llamó logrando que la observase.

— Buenos días, Meg.— Sonrió cálidamente en dirección a ella.— ¿Que pasó? ¿Por qué tu uniforme esta así? ¿Estas bien? — Preguntó rápidamente.

— Woah, tranquila que me haces un interrogatorio.— Río levemente mientras invitaba a la rubia sentarse con ella, obteniendo una respuesta afirmativa.

Ambas se sentaron y quedaron en un agradable silencio por unos instantes hasta que la más baja decidió hablar.

— Vi algo en el camino que sabia que te iba a encantar.

La rubia miraba curiosa a la albina, que rebuscaba en su bolso aquel objeto. Cuando lo saco Joy no pudo evitar sonreír emocionada.

— Magnolia.— Murmuró la rubia.— Mi favorita...

— Así es ¿y sabes que los hace más especial?

— ¿Qué? — Preguntó mirándola fijamente.

— Tu sonrisa.

Las mejillas de Joy se calentaron y su corazón volvió a latir como las veces que hacia "footing" por las mañanas, pero mil veces más.

— Gracias.

Y Joy beso la mejilla de Meg.

Dulce tentación - MangloyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora