Éʟ

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Meg se recargo con brusquedad en su casillero, cruzo sus brazos y suspiro amargamente. Vio de manera disimulada la hora que marcaba su reloj indicándole que estaba temprano, lo cual la desesperaba al saber que su acompañante es inpuntual. Bufo, podría estar con Joy en estos instantes pero por culpa del grandisimo idiota y sus ''asuntos de urgencia'' no podía faltar.

Su mirada choco con el del chico pelirrojo, casi de manera instantánea su mueca se torció en una molesta. Odiaba ver la cara de su amigo, el resentimiento la inundó de manera inevitable. Fox andaba como siempre lo hacía, de manera vaga y desinteresada lo cual le daba un aire de maleante. Y que decir de su mirada ambarina, que no reflejaba más que molestia y enojo —muy común en él—. Fácilmente podrían ser confundidos por hermanos, que era totalmente erróneo para su fortuna. No soportaría compartir lazos sanguíneos con el chico que tanto daño le hiso —y alguna vez amo—.

El chico llegó en silencio, parándose delante de ella. Así quedaron un buen rato.

—Megan, ¿Hace cuanto tiempo que no hablamos?— Rompió el silencio con un susurro casi inaudible, pero que Meg logró escuchar, aparto con delicadeza extraña en él el mechón que cubría su ojo dañado.

Sintió un retumbar en su corazón, no era igual a la sensación maravillosa  que provoca Joy, era de dolor. El dolor inevitable al saber que perdieron a un gran confidente y amigo por culpa de sus acciones que por más de intentar arreglarlo el daño era irreparable en ambas partes. No hya arreglo.

Movió su cabeza apartando la mano de Fox y acomodando los mechones en su lugar. El más alto asintió dolido, comprendiendo que debía alejarse.

— Tanto daño hicimos.— habló de manera clara sonriendole melancolicamente intentado que le mire.— Meg... Yo

—Suficiente — Lo interrumpió con rabia en su voz, se paro de manera correcta y con la mirada herida— por algo has venido, te conozco bien Fox.— El rencor se notaba en su voz.— Tú nunca vendrias a arreglar algo que malograste, tu orgullo no te deja y lo sabes bien.

Las miradas ambarinas chocaron y toda la tranquilidad que había se esfumó dejando notarse el odio y rencor de ambos. Cada quien con su razón.

—A ti nunca te importo si yo intentaba arreglar algo o no, ignoraste la ayuda que te di, aquellas cosas inimaginables que intentaba por ti.— respondió con furia ya cansado de la actitud de Meg.— Yo no soy el malo Mangle.

— ¡Callate!

Fox fruncio el ceño y se dio media vuelta dispuesto a irse. Cuando ya estaba lejos se detuvo sin mirarla.

—Se dio cuenta de que estas con alguien, y esta de más decirte que esta prohibido.— Hizo una larga pausa.—Ni pienses que te ayudare.

La albina quedo en silencio viendo como se iba.

Las lágrimas descendieron de las mejillas de Meg creando un llanto incesante y desesperado. El miedo se apodero de ella.

— Lo siento Joy...

...

Agregando drama con Gia jaja salu2

Dulce tentación - MangloyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora