Maldita ella

944 49 41
                                    

Sentí como un peso abandonaba mi cama, de manera suave mi mejilla fue acariciada a la vez que depositaban apenas un roce de labios sobre mi frente. No le tome mucha importancia, estoy muy cansada.

—Lo siento, mi amor.

Y como si una pesadilla me hubiera atrapado, sentí como caía a un abismo con la misma sensación de sofoco. Estire mi mano hacia arriba intentando alcanzar algo, ¿Qué era lo que buscaba? Una imagen cruzo repentinamente mi mente, asaltando mi mente y sentimientos dejándo tan solo con un hueco doloroso. Mi amada albina con su mirada indiferente ofreciéndome una rebanada de su almuerzo, donde fue el inicio de nuestra historia. En aquella mañana tan solitaria y dolorosa para mí, ella apareció como un ángel entregándome la redención para salvarme. A ella es lo que tanto no quiero perder, a lo que deseo proteger.

Abri mis ojos abruptamente, me reincorpore de la cama casi de un salto extendiendo mi mano intentando alcanzarlo. Las sábanas cayeron dejando ver mi desnudez junto a la cama solitaria, ella no estaba y no sé porqué. Me coloque una camisola que me llega hasta la rodilla con rapidez, aún sin calzarme algo corri en su busca.

Meg, Meg, Meg ¿Por qué me dejas sola después de hacer algo tan especial?

Baje las escaleras, busque en la cocina, el jardín, la sala, el baño ¡incluso en la cochera! Ahí fue cuando la desesperación me inundó y comence a llorar sintiéndome usada ¿Acaso no valgo nada para ella? Tome mi celular revisando la aplicación de mensajería hallando un mensaje reciente de la dueña de mis recientes malestares. Y ahí fue donde mi mundo se rompió, eché a llorar sin importarme el hecho de que mis padres aparecieron por la puerta de la sala y corrieron preocupados hacia mi. Me abrazaron y por un momento desee que sea Meg la que haga eso.

'' No me vuelvas a buscar, ya conseguí lo que quería así que puedes desaparecer de mi vista. Ja, idiota <3 ''

—¿D-Disuelta? —El chico de cabello turquesa miró a la líder de su grupo sorprendido, su corazón se oprimido y sintió como todo se oscurecía.— O-oye Meg, no bromees con eso no es divertido.

La albina le miro con frialdad, se cruzo de brazos.

—No bromeó Bon, y la sabes bien así que avisale a Joy de esto.— Le dio la espalda.— Ya no me sirven.

Lanzó una mirada despectiva y se fue dejando a Bon con sentimientos encontrados, volteo viendo como Joy le observaba escondida tras una esquina de la misma manera que él. No soporto más y se fue corriendo a ella para abrazarla fuertemente, ambos lloraron ante eso.

Se estampó de espaldas contra alguna pared ya lejos de sus anteriores compañeros, respiro agitadamente y evitando llorar tapo su boca con su mano. Sintió como alguien la tomaba del brazo apretandolo ligeramente mostrando apoyo, abrazo al pelirrojo para iniciar un llanto mediocre.

—No tuviste que llegar tan lejos., Meg, ¿Qué has hecho? —El pelirrojo la miro con lástima y una pizca de compasión, así como ella él tuvo que romper el corazón de su amigo a pesar de que le correspondía.

—Yo no puedo seguir con ellos, no después de lo que le he hecho a Joy.— respondió entre jadeos y gimoteos lastimeros.—No me atrevo a mirarla.

En silencio ambos chicos se abrazaron nuevamente, reviviendo su hermandad olvidada.

Lo siento tanto.

Así se acabó nuestra historia.



Hola :^)
Este es el final ajioh o quizáh no xd

Dulce tentación - MangloyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora