1| El Chico Malo |Ruggarol|

28: "Rojo de furia"

[Omnisciente]

Karol suspiró y bajó la mirada. Tal vez no se hubiera portado de esa forma, Ruggero solo quería disculparse por los calificativos que le había puesto y no era necesario hablarle de esa manera.

— ¿Estas bien? — le preguntó Erick al verla cabizbaja.

— Todo bien — respondió ella fingiendo una sonrisa.

El chico asintió confundido. Karol, había despertado en él un sentimiento que nunca antes había sentido. Pero por el momento, no diría nada, hasta que supiera con exactitud que era lo que sentía.

Ruggero, por su lado, se encontraba ¿molesto? ¿decepcionado? Ni el mismo sabía lo que sentía. Solo sabia que esa chica lo traía loco, y no en el buen sentido.

— Hoy habrá una fiesta en la fraternidad ¿Estas enterado de eso? — dijo la pelirroja sin dejar de escribir en su cuaderno.

— Obvio. Jorge prácticamente me rogó para que aceptara. — respondió él alzándose de hombros.

— ¿Vamos juntos? No se, quizá tu puedas pasar a recogerme y llegar juntos y...

— Lo siento, pero ya quede con Agustín, para otra ocasión será. ¿okey? — Candelaria tensó la mandíbula y no dijo nada. Su dignidad estaba por los suelos.

¿Por qué Ruggero había hablado tanto con esa...chiquita? No tenia idea, pero lo averiguaría. Él era su chico, y nadie se lo quitaría.

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Fiesta un Martes ¿A quien se le ocurrió tremenda idea? No sabia.

Sus dos alocadas amigas, prácticamente la habian obligado a que asistiese, y karol no tuvo mas reparos que aceptar.

Las tres chicas se encontraban en la habitación de la castaña, maquillándose, peinándose, haciéndose todo lo necesario para impresionar. ¿Con que motivo? Fácil. Chicos.

— Creo que esto es demasiado — dijo Karol viéndose en el espejo.

Su atuendo consistía en unos pantalones ajustados y una playera pequeño dejando a la vista su plano abdomen.

— ¿Quien quiere ver mi ombligo? — miró a sus dos amigas horrorizada.

— Estas excelente — le dijo la rubia.

Ella llevaba puesto un vestido pegado al cuerpo color azul marino, dejando a la vista sus marcadas curvas y escote.

Carolina, fue un poco mas rescatada, unos simples pantalones y una blusa blanca.

— Listo, vámonos — comentó la rubia guardando todas sus cosas en su bolso.

— Espera, aún no nos has dicho donde es la fiesta. — dijo Karol, deteniendo su paso.

— Ah, en la fraternidad de los "Black" — respondió desinteresada.

— ¿¡Que!? — dijeron ambas castañas al unisono — Valen, Michael nos matara si se entera que estamos allá ¿Eres consciente de eso?

— Karol, por favor, deja de tenerle miedo a tu primo. Él no es ni tu viejo ni tu hermano, que te deje en paz por un rato.

Dicho eso, jaló a las dos chicas y las sacó de la habitación sin darle tiempo a que se detuvieran.

Lo único que tenían que hacer era caminar hasta el lugar, en medio de la noche y con el temor de que Mike, o alguno de sus amigos las viese.

A paso apurado y uno que otro grito de horror, pudieron llegar a la fraternidad sin inconvenientes. El ambiente era de una típica fiesta de adolescentes: chicos afuera, música a todo volumen, parejas besándose en cada extremo y con ganas de  des vestirse ahi mismo...