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🍑

Lance había estado trabajado arduamente en planear aquel baile, desde manteles de mesas hasta la música que iba a reproducirse en la pista durante esa noche.
Se sentía orgulloso de ello, valdría la pena todo ese esfuerzo cuando entrara con Keith por la puerta principal y vea su rostro irradiar de felicidad. El tema sería negro y rojo; dando algunos aspectos a los años 80 y las modas de aquellos tiempos.

Estaba en los últimos detalles para ese día, trabajando en su habitación cuando el azabache entró y cubrió sus ojos, haciéndole sobresaltar un poco y sacarle de sus planes.

—¿Quién soy?—preguntó en un tono estúpido.
—Hm... ¿Shiro?—cuestionó en forma de burla. Por supuesto que sabía quien era.
Keith retiró sus manos y depositó un beso en su mejilla, uno suave y dulce para después tirarse sobre la cama del castaño con un suspiro de cansancio y algo de aburrimiento.

Lance se le unió poco después, recostándose encima de su pareja y besarlo en los labios con la misma manera de aquel beso efímero que quedaba sobre su mejilla con un cosquilleo.
Sus cuerpos se fundieron en un abrazo, hundiéndose en el colchón y mantas que calentaban a ambos de aquella tarde helada.

Terminaron por romper ese beso tras unos minutos donde en aquella habitación los únicos sonidos presentes eran sus respiraciones y los chasquidos que realizaban sus labios al tocarse.

—Hace un par de días que no nos veíamos durante las tardes—dijo Keith, besándole las mejillas al chico de piel morena.
—Lo siento... He estado ocupado por el baile—contestó mientras hundía sus dedos en el cabello largo de su novio, enredando sus mechones y masajearle el cuero cabelludo, causando relajación e incluso placer en Keith, quien comenzaba a soltar unos suspiros.
—Hm.. Sigue haciendo eso y te perdonaré—comentó cerrando sus párpados y disfrutar de aquellas caricias brindadas con tanto afecto y sinceridad. Lance también extrañaba mucho de su novio, el salir con él, verse, besarse, abrazarse...quererse, como tanto les gustaba.
Pero ese tiempo perdido lo recompensaría dándole lo que quisiera, siguiendo con el plan de ese baile y convertirlo en una noche realmente inolvidable.
—Por supuesto—dijo, siguiendo con sus dedos en su cabeza.

Así transcurrieron minutos que parecían eternidades para Keith, eternidades maravillosas que cualquiera quisiera desear ser inmortal con tal de tenerlo por siempre. Siempre y cuando estuviera con Lance.

El azabache llevo sus manos bajo las almohadas, sacando de ahí el cuaderno de dibujo del más alto.—¿Puedo verlos, Lance?—preguntó en casi un susurro, abriendo sus ojos y toparse con los orbes del nombrado anteriormente. Él asintió, dejándolo incorporarse e ir a la ventana para abrirla y dejar que el aire circulara por la habitación.

Comenzó a hojear el cuaderno, observando con atención los nuevos bocetos, la mayoría era de él. Keith durmiendo, con flores, molesto, llorando; cada una de sus expresiones [incluso algunas eroticas] plasmadas sobre el papel en finos trazos.

—Cada día mejoras más, estos dibujos son realmente lindos y solamente son bocetos—comentó con una sonrisa amplia y brillo en sus ojos.
—Eso es porque eres tú—respondió Lance robándole otro beso en los labios, acariciando el pómulo con la yema de su pulgar.—Solo hago arte porque tu apareces en él, mi musa... Eres lo que hace especial esos insignificantes rayones sobre mis cuadernos.

Eso causó un sonrojo e incluso ganas de llorar en Keith, no de dolor o tristeza; sino alegría, sentimientos puros y sinceros a flor de piel.

—Me tienes jodidamente enamorado—rió, abrazándole con fuerza y reír sobre la piel de su cuello.
—Y tu a mi, quiznak—respondió, estrechándolo en sus brazos nuevamente.

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Perdonen la tardanza ;;
Falta de inspiración, además de que wattpad está fallando en demasía.

Draws & Poems [[Klance]]Where stories live. Discover now