🌟V E I N T I T R É S

107 10 1
                                    

—Uno—comenzó a decir ella—, dos...tres.

—¡Uno!—dijo la chica.

—¡Dos!—se escuchó la voz de él.

Y se dio cuenta de que había perdido.
Hizo una mueca triste demasiado exagerada. ¿Qué tan tierno se podía ver un chico sin pantalón? Se preguntó ella.

—No sé tu, pero yo me merezco un premio por mi esfuerzo al intentar dar con el mismo número que tú.

Ella soltó una carcajada y asintió con su cabeza.

—Maldito tramposo—le dijo recuperando el aliento—Mi madre me decía Cielo. Puedes llamarme así si gustas.

Él asintió. Eso era suficiente para Colín. Sólo una palabra para nombrar a la que se adentraba como bandido a sus sueños.

—Es hermoso—dijo él.

Ella no le dijo que su madre estaba muerta.

—¡¿Carajo, aún estas despierta?!—se escuchó una voz de hombre cerca de la puerta de la chica

—Mierda—susurró ella corriendo a su cama y tapándose con sus sábanas completamente.

—Te he dicho que te quiero dormida temprano—gruño el padre de la chica abriendo la puerta de su habitación y mirándola dormida. El señor se tranquilizó pero quedó como piedra cuando vio a Colín en la ventana presenciándolo todo—, ¿Y tu quien mierda eres?—preguntó abriendo la ventana.

—Soy su vecino—dijo él riendo—y estoy sin pantalones así que me gustaría que se fuera para que me dejé a mi y a mi privacidad a solas.

El señor gruño cerrandola de nuevo y se alejó dando un portazo.
Cielo soltó una carcajada cuando él se fue y se levantó caminando de nuevo a la ventana con el teléfono en su mano

Se quedaron hablando hasta que la noche se hizo día. Comenzaron contadose su color favorito, sus mascotas, carreras universitarias y poco a poco las cosas se volvieron más personales.

Hablaron hasta que ella se sintió suya y él se sintió suyo.

La chica de la ventanaWhere stories live. Discover now