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Paredes blancas

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Paredes blancas. Abro mis ojos lentamente viendo a Chad al lado mio.

–Por fin despertaste, me tenias preocupado– dice levantandose de la silla sonriendo.

–¿Esto es un hospital?– pregunto.

–Si... te traje cuando te desmayaste.

–Gracias– digo un poco triste. Miro hacia la puerta que emite un sonido, dejando ver a un castaño de ojos claros. Chad sale de la habitacion dejandome sola con el chico.– ¿quien eres?

–Soy Jack Garcia, un enfermero por decirlo asi– extiende su mano en forma de saludo. Se la estrecho. Cuando abro la boca para decir mi nombre me interrumpe– eres Grace Brown, lo sé. Cuando te trajo acá el chico, nos dio autorizacion para realizarte unos examenes al ver tus moretones y tu estado de palidez.

–Juraba que eran chupones– digo con desden. Entran al cuarto mi familia, las tres tragonas y Chad.

–Lastimosamente no son chupones Grace– entra un medico cerrando la puerta a sus espaldas– es cáncer.

–¡¿Que?!– exclamamos todos en la habitacion.

–Esos examenes deben estar mal– dice Anna al borde del llanto.

–Los estudios no mienten señorita, Grace es diagnosticada con leucemia – dice el doctor entregandole una hoja. Anna la mira y la va rotando. Todos en la habitacion lloran, incluyendome. Jack y el medico salen dejandonos solos.

–Enana aqui estamos contigo– dice Rhys tomandome la mano, dejando escapar unas lagrimas. 

 –No te quiero perder Grace, prometeme que vas a empezar con tu tratamiento lo mas pronto posible– llora Anna acariciandome en cabello. Yo asiento con la cabeza llorando aún más.

6.30 am. Solo está mi madre al lado mío. El resto se había ido a las tres de la mañana. Solo he podido dormir unas horas. Le escribo a las tragonas que si después de clases pueden venir al hospital a traerme los apuntes del día. Mi madre al verme despierta, llama a Jack, ella solo desaparece. Supongo que se ha ido a la casa.

–Buenos dias Grace– saluda Jack con una sonrisa calida.

–Hola– saludo.

–Tu madre me ha dado el permiso de comenzar tu quimioterapia esta tarde, para evitar que tu leucemia llegue a otro grado– dice mientras saca una bandeja con pan tostado, café y mermelada– tu madre lo trajo mientras estabas dormida, y yo te lo calenté.

–Gracias– sonrio mientras pongo en frente la mesa portatil, recibiendo la bandeja– ¿sabes a donde se fue mi mamá?

–Me dijo que fue a traerte una muda de ropa, ya mañana podras volver a tu casa. Por ahora deberás quedarte acá– dice ayudandome a untarle mermelada al pan– ya verás que te vas a mejorar.

–Eso espero– respondo desayunando mientras escucho a Jack contándome un poco más de su vida. Es un chico muy simpático, hasta ahora me ha hecho reír. Cuando llega mi mamá, Jack le dice donde quedan las duchas y se despide con un ademán.

Amor enfermizoWhere stories live. Discover now