Soy Aleksandra Schultz, originaria de Leipzig. Me mudé a Berlin en busca de nuevas aventuras pero jamás creí que una de ellas me llevaría al borde de la muerte.
(Agradecimientos especiales a Salma y Paula que han hecho esta historia posible).
A.S: —El día de hoy es muy especial, ¿saben por qué?
T.L: —No responderán, no seas imprudente, Aleksandra.
C.S: —Till, déjala, ella es la protagonista y puede hacer lo que quiera.
T.L: —Disculpa, — volteó a verle despectivo. —No recuerdo haber pedido tu opinión.
C.S: —Tenía que decirlo y si te molesta, ya sabes que hacer. — entrecerró sus ojos al verle también de frente, ambos listos para pelear.
A.S: Me coloqué de inmediato entre ambos, separandolos con ayuda de mis manos al estirar los brazos hacia afuera. —¡Chicos, chicos! No estamos aquí para pelear, estamos aquí para desearle a nuestros queridos lectores una muy bonita navidad y un próspero año nuevo, así que deje de pelear o se van de aquí.
C.S: se cruzó brazos algo molesto, aún mirando a Lindemann. —Está bien, preciosa, sólo quiero que sepas que no lo golpeo porque estás presente y te respeto.
T.L: —Quiero ver que lo hagas, imbécil. — intentó acercarse de nuevo a Schneider pero la presión que ejercía contra su cuerpo se lo impidió. —Hazte a un lado mujer, ahora sí lo mato.
A.S: —¡Basta ya! ¿No podemos llevarnos bien al menos por un capítulo? Además, es Navidad. — miré a Till con firmeza. —No comerás galletas. — me dirigí a Schneider con la misma mirada. —Y tú tampoco así que ya basta y manden un saludo.
T.L: —Ah sí... Hola a todas las personas que nos leen, les agradecemos toda su paciencia y su lealtad a las que nos siguen desde el inicio, les deseamos una Feliz Navidad Aleksandra y yo, porque próximamente nosotros... — le brindé una buena patada en la espinilla, abriendo mis ojos como amenaza. —¡Joder, maldita p..! — todos miramos a Lindemann fijamente y él se limitó a cambiar ligeramente su vocabulario. —N-Nosotros les deseamos una feliz navidad, tengan mucho sexo, beban mucho, coman mucho... Sí, sí, cómo sea. — movió su mano como si no le importara y salió de la escena adolorido, sobandose la zona lastimada.
C.S: —Hällo, soy Christoph, futuro esposo de Aleksandra y...
T.L: —¡NO ME HAGAS ENTRAR AHÍ, ALEKSANDRA!
C.S: —... Les deseamos felices fiestas y que pasen estas fechas alrededor de sus seres queridos y reciban muchos regalos, yo sé que han sido buenas chicas, así que recibirán todo aquello que han deseado. — sonrió ampliamente a mi persona y me abrazó con fuerza, brindandome algunos besos en los mofletes. —Vean... Que este es el regalo más hermoso que Santa Claus me ha traído a pesar de que no me he portado nada bien.
T.L: —Du bist eine Schwuchtel! — se reía a carcajadas desde su posición fuera de la escena.
A.S: —Gracias por todo, chicas y chicos, pásenla bonito. ¡Hasta el próximo capítulo! Cuídense mucho y no beban en exceso, ¿de acuerdo?
C.S: —Como Aleksandra. — susurró.
A.S: —¿Disculpa? — le di un codazo fuerte que le hizo retorcerse.
C.S: —¡Que ha-hasta el próximo capítulo! ¡Adiós!
Nuevamente reitero mis buenos deseos para todos aquellos lectores que me siguen, gracias mil, los amo. Que esta navidad esté llena de Rammstein y muchos dicks de Till HAHAHA. <3
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