Capítulo veinticinco

21.2K 1.8K 339
                                    


✶ CUSTODIA ✶

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CUSTODIA ✶


Todo en mí se conmocionó cuando sus latidos se detuvieron, fue entonces que grandes pedazos de la carpa empezaron a venirse abajo y mis piernas a arrastrarme fuera del lugar. La carpa se derretía mientras mi cerebro peleaba en contra de mi acción, puesto que no quería irme y dejarlo así. Sabía con seguridad que él se encontraba dentro de esa caja y que estaba mal irse, me negaba a prescindir de él, pero tampoco se me permitía volver.

Era obligada por mis pasos, me querían lejos y punto. Hubo un segundo en el que logré detenerme, y sin embargo, seguí avanzando. Ya no sentía el suelo bajo mis pies, el calor, la falta de aire. Tan solo salí de la carpa en compañía de la horrible sensación de dolor que se expandió por mi garganta cuando la vi ceder por completo.

Me detuve. Mis piernas al fin se quedaron quietas, dejándome petrificada como si el mal en persona quisiera presumirme lo que había hecho con Ashton.

Quise llorar y no pude.

El temor me invadió, así como la espesa cortina de oscuridad que se cernió sobre mí y el horizonte, tragándose la carpa. Empecé a repetir en mi cabeza que todo lo visto no era más que una ilusión. Pero luego, una melodía empezó a sonar, y se me era reconocida. Era la misma que Ashton tarareaba la noche en que le había arrojado la toalla.

Percibí un vano destello y bajé la mirada hacia mis manos. Provenía de una caja que según yo, tan solo apareció. La tapa se abrió de pronto y el trapecista surgió en todo su esplendor.

La caja musical dio origen a lo que pareció ser una armonía marcial, muy característica y de carácter triste. Ya no me parecía tan horrible y tétrica que antes, es más, tuve la impresión de que debía significar algo y no sabía qué, no podía encontrarle el sentido. Tan solo se resumía a un terrible vacío y angustia.

Casi al final se atascó, la tapa cerró y la oscuridad de pronto volvió a reclamar total presencia mientras que en mi cabeza, las imágenes en secuencia comenzaron a plasmar memorias, revoloteando como destellos vivos que laceraban.

La impotencia resultaba ser una horrible condena. No pude hacer nada por él, y probablemente era la señal que terminaba por esclarecerme que tampoco podría hacer nada con respecto a mi familia y a Thomas.

Thomas, el vívido recuerdo de haberlo visto avanzar por los pasillos me conmocionó todavía más. ¿A dónde se dirigía con tanta prisa? ¿Había sido un producto de la magia? Pero estaba segura que había sido muy real.

Me sentía atrapada en el interior de un mundo apagado, entre sombras. Así era a mi alrededor; muros inmensos renegridos, no había más. Tampoco podía saber si aún sostenía algo entre las manos, hasta que el reconocido dolor llamó mi atención. Las moví hasta estar segura de que trataba de ver el dorso, y en mi dedo anular, el anillo, cuya piedra parecía estar hecha de ondas eléctricas que de repente saltaron, serpenteando hacia el cielo y en todas direcciones.

El circo de Ashton #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora