Capítulo 6

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Nuevamente desperté y sonreí, me gustaba ser muy positiva y alegre. El día sería uno magnífico, estaba segura de que lo pasaría genial.

Estaba tan equivocada.

Llegué a la escuela y busqué a Perla por todas partes pero no la encontré, así que busqué a Lucas.

—Hola, Lu.— Lo saludé con la mano.

—Cam, hola.— Me devolvió el saludo con una sonrisa.

—¿Sabes algo de Per?— Le pregunté nerviosa mientras jugaba con mis dedos.

—Ella llegará tarde, ayer se le dañó su celular y por eso no pudo avisarte, no tuvo como hacerlo.— Me informó Lucas recostado en una pared.

—Bueno, yo tampoco tengo celular.— Dije y Lucas bajó la mirada.

—Espero que puedas conseguir uno pronto.— Dijo y asentí.

—Mil gracias.— Le sonreí más tranquila y me fui.

—Hey, haré algo hoy.— Logré escuchar la voz de Jack.

—Mierda.— Susurré volteando los ojos y suspirando.

Esa fue una señal, muy mala por cierto. Tenía que estar un poco alerta ya que no quería que me hiciera algo. Luego pensé que tal vez estaba hablando de otra cosa por lo que no le di tanta importancia a su comentario.

Las primeras 3 clases estuvieron súper aburridas. Era increíble como mi mejor amiga había faltado a la escuela, Perla llegaría tarde, pero no sabía que tardaría tanto. A la hora de ir a Español la encontré saliendo del baño.

—Per, al fin llegas.— La abracé sonriendo.

—Perdón, estaba comprándome un teléfono nuevo, es que...— Perla me explicaría, pero yo ya sabía.

—Tranquila.— La interrumpí. —Lucas ya me explicó todo, esta mañana fui y le pregunté.— Le sonreí y comenzamos a caminar al salón.

—Que alivio.— Perla suspiró y comenzamos a reír para luego entrar a la última clase de la mañana.

Al salir de la clase de Español nos dirigimos a almorzar.

—Oye, estoy preocupada.— Le comenté a Perla llamando su atención.

—¿Y eso porqué?— Preguntó confundida.

—Es que hoy en la mañana cuando hablé con Lucas, escuché a Jack.— Dije preocupada jugando con mi comida.

—Cam, ¿qué de malo tiene eso?— Sonrió más confundida para después beber su jugo de frutas.

—Tengo miedo, dijo que hoy hará algo.— Escondí mis manos para estallar mis dedos.

—Tranquila, no creo que te haga algo, quizá estaba hablando de otra cosa.— Perla me sonrió transmitiéndome seguridad.

—Bueno, tienes razón.— Sonreí y comencé a comer.

Después de haber comido, nos fuimos a sentar en unos bancos cerca de los baños de chicos para hablar, en ese momento llegó Lucas.

Razones para odiarte ®Where stories live. Discover now