Capítulo 11

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Los últimos días estuve tratando de alejarme lo más que podía de Jack. Las ganas de querer que acabara el último año crecían cada vez más.

La verdad era que no tenía ningún motivo para ir a la escuela. Mentiras, si los tenía. Debía estudiar, ser alguien en la vida, demostrarle a mi madre que su hija era fuerte a pesar de todo. Sentir que mis padres estaban orgullosos de su pequeña princesa. Claro, aunque mamá estuviera en el cielo.

Desayuné algo rápido y entré al carro para esperar a mi padre. Solo tardó unos 5 minutos, al montarse se abrochó el cinturón y me sonrió ampliamente.

—¿Pasó algo, papá?— Pregunté algo curiosa.

—Pasó algo magnífico.— Contestó poniendo el carro en marcha.

—¿Y qué fue? Ya dímelo.— Insistí emocionada.

—En el trabajo están construyendo un área nueva y me están considerando para ser el jefe de esa área.— Mi papá estaba muy feliz, estaba entusiasmado, emocionado.

—Muchas felicidades, papá. Ya verás que serás un gran jefe, todos te van a querer.— Le di un pequeño abrazo de lado y me quedé sonriendo.

—Gracias, hija mía.— Dijo con sentimientos.

—Mamá ha de estar muy orgullosa de los dos.— Le dije tocando su hombro.

—Lo se, eso esta más claro que el agua.— Contestó mi padre aguantando para no llorar.

Ninguno de los dos había superado la muerte de mamá, fue una gran mujer cuando estuvo viva, con nosotros. Solo quedaron los recuerdo, bastantes y buenos.

Ya habíamos llegado a la escuela, así que me despedí de mi padre y bajé del carro. Antes de entrar por la puerta para ir en busca de Perla y Ciara, vi un grupito de chicos y chicas sentados cerca de un árbol. Me había llamado la atención así que me quedé mirando hasta que lo vi. Estaba un poco alejado, sentado con la cabeza baja y con la cara tapada con su abrigo.

Yo me quedé ahí observándolo, el porte que tenía, que sobresaltaba entre todos. ¿Porqué era así? Tan cruel, tan malo, tan injusto conmigo. No entendía nada, era tan confuso todo y la verdad es que en el fondo yo quería entenderlo, solo a él.

—Camille.— Escuché un gran grito.

—Diga.— Me sobresalté cuando Perla llamó mi atención.

—No te entiendo, tienes que cortar tus sentimientos hacia él.— Giró 180 grados y yo la seguí.

—No es lo que parece, enserio.— Traté de detenerla.

—Mientes y lo sabes, te gusta Jack, admítelo.— Contestó ella un poco enojada.

—Per, ¿cómo crees?— Dije algo nerviosa.

—No es por ser entrometida, pero Camille, Zack y yo también pensamos lo mismo.— Dijo Ciara de la nada llegando a nuestro lado.

—Lo que me faltaba, que todos mis amigos piensen que me gusta ese idiota.— Contesté algo agitada.

—Pues sí, puede que sea un grandísimo idiota, pero te gusta.— Dijo Zack colocándose al lado de Ciara.

Razones para odiarte ®Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora