Capítulo 12

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Desperté muy emocionada. Mi padre me había comprado un nuevo celular y ahora podría comunicarme con el y con mis amistades. El celular es algo muy esencial en los jóvenes de mi edad y más ahora que pronto iremos a la universidad.

—Papá, gracias por el celular, está increíble.— Le dije a mi padre después de bajar a la cocina.

—Lo has dicho los últimos días pero me alegra mucho que te guste, traté de comprarte el mejor celular.— Explicó y sonreí en grande.

—Comamos rápido, quiero enseñárselo a mis amigas.— Dije emocionada y mi papá rió.

Al llegar a la escuela busqué a mi amigas rápidamente.

—Hey, que bellas mis amigas.— Les dije llegando a su lado y me miraron confundidas.

—¿Porqué estás tan feliz? ¿Qué ocurrió?— Preguntó Perla y saqué mi celular.

—Un celular nuevo, está bellísimo.— Dijo Ciara agarrándolo y sonreí en grande.

—Mi papá me lo dió la semana pasada.— Confesé y me miraron.

—¿Y no nos escribiste ni nada?— Preguntó y bajé la mirada.

—Lo siento, quería que fuera una sorpresa.— Les dije y agarré mi celular para guardarlo.

—Eres increíble, tonta.— Dijo Ciara y me abrazó.

—Ciara tiene razón, no te enojes, no queremos que nos dejes de hablar otra vez.— Perla se acercó y negué.

—Perdón, no dejaré de hablarles jamás.— Les dije y vi a Zack.

—¿Está todo bien?— Preguntó acercándose a nosotras.

—Sí, mi amor.— Ciara se despegó al escuchar la voz de Zack y lo abrazó.

—Cam ya tiene celular.— Dijo Perla y asentí.

—¿Enserio? Que bien, ahora será más fácil comunicarnos contigo.— Respondió Zack sonriendo.

—Bueno, iré a buscar a Lucas, tengo que hablar con el de algo importante, nos vemos luego.— Per se despidió y sonreí.

—Chao.— Contestó Ciara y miró a Zack.

—También tenemos que hablar.— Agarró su mano y se lo llevó. —Nos vemos después, Cam.

—Claro.

Me quedé allí parada sin saber que hacer. Mis amigas tenían novio y yo solo me tenia a mi, me alegraba mucho por ellas, pero en momentos así era imposible no ponerme triste.

Decidí comenzar a caminar para ir al salón y allí esperar a Perla y a Zack, cuando sentí un gran golpe en la parte de atrás de mi hombro. El impacto hizo que cayera de rodillas en el suelo y puse mis manos para aguantarme y no caerme por completo.

—Oye idiota, discúlpate.— Escuché que alguien gritó y miré al chico que había chocado conmigo.

—Lo siento, mi hermana está en problemas.— Gritó rápidamente. —Lo recompensaré, lo prometo.

El chico siguió corriendo y suspiré aún en el suelo.

—¿Recompensar? Sí claro.— Volví a escuchar y me senté en el suelo. —Las personas no deberían hacer promesas que no van a cumplir.— Murmuró.

Se arrodilló frente a mi, agarró mis manos y comenzó a soplar las heridas. Movió mis piernas y observó mis rodillas, a una de ellas se le hizo una herida, podíamos verla ya que el mahón se había roto.

—Gracias.— Le dije observándolo detenidamente.

Jack suspiró y me miró a los ojos. Su mirada me incomodó y logró ponerme nerviosa.

Razones para odiarte ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora