19

67.7K 5.7K 814
                                    


-Creo que es justo que se vaya conmigo -dice Sam -Ya ha estado contigo y es tanto la Luna de Escocia como la de Irlanda.

-Como la de Inglaterra -añade Christian.

-No les discuto eso. Pero lo más que necesita Aria en este momento es estabilidad, una rutina. Ustedes mismos vieron que puede llegar a pasar cuando se altera y ya se está acostumbrado a la vida aquí.

-Pero ustedes ya se marcaron, duermes con ella todos los días. Necesitamos que tenga un lazo con los tres, no sólo contigo amigo. Y no podemos dejar a nuestras manadas solas por tanto tiempo. Me voy mañana. Y Aria se va conmigo. Sabes que es lo justo - repite Sam.

-La semana siguiente puede venir conmigo - concuerda Christian.

-¿Y ustedes creen que podremos estar dos semanas separados de ella? ¡Nos volveremos locos! ¿¡Qué no quieren estar con Aria cada segundo del día!?

-Hasta que encontremos una solución -responde Sam dándose por vencido.

Decido dejar de hacerme la dormida y bajo a unirme a la discusión.

¿Qué se creen discutir tal tema sin mí? Los tres quedan perplejos ante mi llegada y me arrepiento de no haberme puesto más ropa, ya que solo ando con la camisa de Andrew.

-En primer lugar -comienzo- Sé que soy una niña bastante inmadura con problemas psicológicos. Pero no es razón para tratarme como una cosa que se puede llevar de un lugar a otro como si nada. Andrew tiene razón, necesito estabilidad, quiero estabilidad. En segundo lugar, lamento que los haya hecho sentir así -digo mirando a Christian y a Sam -Pero conocí a Andrew primero me da mas confianza, él me salvó... además ustedes dos llegaron muy rápido con nada de diferencia... Si quieren que duerma con ustedes lo haré -no sueno muy convencía - Es lo justo.
Y en tercer lugar, esto de dónde vivir no debería ser una discusión. Por lo que dijeron la diosa quiere que las manadas luchen juntas como "una" -remarco la palabra -tienen que enseñarles a luchar juntas, las mismas prácticas, lo mismo todo. Hay que buscar el punto donde estemos a la misma distancia de las tres manadas y vivir juntos. Aunque aún quiero volver a Estados Unidos.

De nuevo un mar de discusiones. Esta vez no los escucho y voy por un vaso de agua a la cocina.

-¡Aria! -llama Andrew desde la sala, regreso a ellos.

-Tienes razón -habla Sam.

-Lo que me preocupa es que tendremos que decirles a la manadas el motivo de la unión y te pondrá en el centro de atención -lamenta Christian.

Me voy a sentar junto a Andrew, poniendo mis piernas sobre su regazo y apoyándo la cabeza en su hombro, noto una gota de sorpresa en la mirada de los hombres que ocultan rápidamente.

-Aún tenemos un par de meses antes del ataque. Prepararemos a Aria, las manadas tienen que conocerla -agrega Andrew luego de besarme la frente.

Le sonrío y por un momento es solo él y yo en la sala, quiero besarlo y no detenerme.

-No podemos construir una casa en un par de semanas -Sam interrumpe el momento y pongo mis ojos en blanco. Andrew ríe y me abraza.

-Déjalo, está celoso -me susurra al oído, ahora es el escoses el que pone los ojos en blanco.

-Creo que una manada solía habitar en un lugar limítrofe con todos nosotros. ¿Recuerdan? Hace un par de años se acercaron preguntando sí se podían unir, ya que su Alfa murió y no encontraron descendiente. Apuesto que la casa de la manada sigue ahí. Podríamos ir a verla y arreglarla. No digo como una solución definitiva, pero mientras tanto. -habla Christian.

-Es una buena idea, les tendremos que decir esto al mismo tiempo y a la misma hora, no queremos que se filtre información. Mañana mandaré a alguien a revisar la casa para que le haga los arreglos pertinentes lo antes posible. También deberíamos decirles a los que viven más alejados de nuestras tierras que se acerquen al nuevo lugar -señala Andrew.

-Una semana, en una semana ya estaremos todos juntos en la nueva casa -dice Sam -Mandaré a gente de mi manada a ayudar con la construcción y...

-Aria ira contigo -murmura Andrew, lo miro atónita -Tiene razón hermosa, deberías conocer como todos vivimos, además han habido menos ataques en Escocia, estarás más segura allí.

-Puede quedarse dos días más, la llevaré a Escocia cuando vuelva a Inglaterra -propone Christian.

-Me gusta eso -asiento a Christian -luego paso dos días contigo antes de cambiarnos -bostezo ya cansada de tanto pensar.

-Vamos a la cama -susurra Andrew besa lentamente la marca que hizo en el cuello. Todo mi cuerpo prende en llamas y un gemido escapa de mis labios. Me gusta.

-Duerme conmigo hoy -habla Sam -Me voy mañana y te extrañaré -dice acercándose a mí, mientras Andrew no deja de mordisquear aquel lugar del cuello, Diosa quería más... Junto las piernas ante la sensación que ha creado.

-¿Quieres que Sam haga lo que te estoy haciendo al otro lado? -pregunta susurrando a mi oído y un escalofrío me recorre entera.
Sin tiempo para procesarlo el escoces está al otro lado, donde comienza a besar su marca. La succiona, y acaricia con la lengua.
Cuando Andrew raspa suavemente el lugar con sus colmillos es placer infinito. Siento como cada fibra de mi cuerpo está conectada a sus mordidas y rápidamente comienzo a responder fuerte a ellos.

-Paren... -suspiro cuando siento que no puedo más. Agarro el cabello de Sam, no sé si atrayéndolo más o alejándose por la sensibilidad. Exploto en mil pedazos. Cierro los ojos e intento controlar la respiración.

-Dormiré con Christian. Necesito espacio -afirmo poniéndome de pie.

-Y nosotros una ducha fría -ríe Sam.

Nuestra Frágil Luna Where stories live. Discover now