FINAL

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El funeral fue triste, todo el mundo lloraba.

Lo hicimos en Londres, donde estaban más nuestros amigos y los niños... un acto hermoso ver a todos nuestros alumnos de blanco soltando globos blancos al aire.

Fue difícil regresar a la casa sabiendo que ella no iba estar ahí.

-Yuuri.- escuche la voz de Viktor a mis espaldas

-Ah, no quiero estar aquí...- digo mientras dejo a mi bebe en su cuna de su recamara

-Debes de ser fuerte, tienes que serlo.-

-Ya lo sé Nikiforov.- digo y siento como me abraza.- Quiero despertar...-

-Estas despierto.-

-Desearía no estarlo.-

-Yuuri- me regaña Viktor

-¿Donde esta Yurio?-

-Con Matt y Otabek despidiendo a toda la gente, Minami fue al cementerio a dejar la medalla de oro a la tumba de Ashley.-

-Ya veo.- digo y me acuesto en el sofá.- ¿Quiero dormir?

-Duerme, preparare algo de comer.-

-¿sabes cocinar?

-Mejor traeré algo de comer.- Rio ante su ocurrencia

-Vale, no tardes...- digo esto y me quedo profundamente dormido

La vida es tan bella pero peligrosa, el amor es como una droga, hay quienes lo pierden todo mientras que otros llegan hasta el infinito.

-Gracias por cuidar de nosotros este mes.- le digo a Viktor en el aeropuerto de Inglaterra.

-Le prometí a Ashley hacerlo.- dice con una sonrisa mientras carga a Mónica.- Pórtate bien princesa, no hagas tantas travesuras...- dice mientras la alza en el aire para que se ría.

-Cuídate Yuuri.- me dice

-Estamos en contacto Nikiforov-

-Más te vale.- ríe.- Esta temporada Yurio hará trisas a Minami.-

Yurio y Viktor son grandes amigos a pesar de todo y aunque Otabek también ya se retiró del patinaje... Yurio es el próximo candidato a ser "la nueva leyenda viviente rusa".

-Eso lo veremos.- Rio y me despido de el con la mano mientras entra al avión.

Nos quedamos viendo cómo se iba aquel grande de acero y después fuimos a comer.

-Tranquila bebe, papi te cuidara...- Digo y volteo a ver al cielo... un mes sin ella y aún sigo aquí.

El tiempo regresa lo que es nuestro, siempre hay que ser agradecidos con lo que tenemos.

-¡Mónica baja!- criar a una niña de 9 años yo solo ha sido difícil, pero valió la pena.

Mónica se volvió simplemente hermosa, con su cabello negro ondulado y sus ojos azules profundos, una buena copia de su querida madre.

-¡Tío Minami!- Dijo mi hija al ver aquel hombre ya de 30 años de edad parado en la puerta.

-¿Lista?- Dice sonriéndole mientras la abraza.

-¡Si seré tan buena patinadora como tú!- Me rio, Mónica siempre fue buena el hielo y no me sorprendió cuando le dijo a Minami en su última competencia que la entrenará

-La traigo en la tarde Yuuri.-

-Sí, solo que no tan tarde, que hoy viene alguien a cenar...- Les dije y ambos asintieron.

En el momento correcto... volveremos a amarWhere stories live. Discover now