07 | Sin sonrisas fingidas

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Canción: Olivia O'Brien, Empty.

                       ・゜✩ 。*

Capítulo 7. Sin sonrisas fingidas.

Maydelinne Hanae.

—¿Qué?

Retrocedo un poco chocando con una de las mesas.

—¿Quién te golpeo?

Parpadeé un par de veces tratando de concentrándome en la pregunta, si, vio el morado en mi mejilla, pero no creí que me preguntara quien me lo había hecho. Jalo una de la mangas de mi sudadera hacia abajo.

Si viera todos los que cubren mi cuerpo.

Bajo la mirada sin tener el valor de contestarle, ¿qué le digo? O sí, mi tío de 25 años me golpea cuando llega ebrio a casa e incluso lo hace sobrio como si fuera su maldito juguete. Hace conmigo lo que quiere y estoy tan harta de la vida que me toco pero no hago nada para cambiarla.

—Mi hermanito me golpeo con su juguete, fue un accidente —lo miro a los ojos. Quito un mechón de cabello de mi rostro. Entrecierra los ojos en mi dirección tratando de saber si digo la verdad.

Luego de unos largos segundos donde me escanea asiente no muy convencido.

—Haré como que te creo —dice sin quitarme la mirada de encima, aprieto los labios un poco nerviosa—. Te veo en el descanso.—dice antes de salir del aula. Expulso el aire que no sabía que retía.

                     ・゜✩ 。*

Muerdo mi sándwich mientras balanceo los pies encima del tronco, tarareo la canción en mi cabeza y miro a los pájaros en un árbol. Algunas extremidades de mi cuerpo se encuentran adoloridas, la jornada de ayer en la cafetería estuvo un poco dura, no paraba de correr de un lado a otro. No sabía de donde había salido tanta gente un día miércoles.

Luego de terminar mi comida saco la pastilla de su botecito y me la tomo sin ningún problema. En la mañana cuando llegue a la escuela estaba una señora vendiendo galletas en una bolsita, no pude contenerme y compre unas cuantas de chocolate, más que galletas parecían un tipo de pan. Quería de Dawson las probara ya que no eran muy duras y estaba segura de que podría comerlas. Saco una galleta para comerla sin preocupación.

De un momento a otro mi vista se vuelve completamente negra, frunzo el ceño al sentir unas manos tapando mis ojos, dejo mi galleta a medio camino y me quedo quieta sin hacer nada.

—Hola mentirosilla —el susurro cerca de mi oído me hace estremecer, las manos de mis ojos se retiran y gracias a eso unos ojos azules cielo me dan la bienvenida.

—Hola —digo un poco desconcertada. La sonrisa que me dedica solo causa que me sonroje y baje la mirada. No creí que gracias a mi morado en el rostro nos volviéramos grandes amigos. Nunca había tenido un amigo de verdad y que Devan se aparezca de un día a otro a hablarme como si fuéramos los mejores del alma no me queda claro.

Una mano se escabulle por la bolsa de galletas y toma una con tanta confianza que me pone nerviosa. Guardo rápidamente la bolsa, vuelvo a mirar a los pájaros que alimentan a sus pequeñas crías en un nido.

—¿Qué te parece si jugamos a un juego? —vuelve a llamar mi atención. Muerdo mi labio sin saber que contestar.

—¿Un juego de qué?

—No preguntes, solo juega —se coloca frente a mí, el aroma de su colonia no tarda en llegar a mis fosas nasales, huele tan bien—. Tú vas a decir un número, solo hasta el 3. Si decimos el mismo número vas a hacer lo que te pida.

Respírame © [COMPLETA]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin