PITIOSS

Cap 3.- Al caer la noche.

El camino ya estaba decidido, las provisiones estaban completas y las ganas de continuar era lo que más emocionaba el grupo, no solo por el dichoso tesoro que encontrarían , el informante había sido muy claro, "un tesoro de ladrones" esa había sido la explicación que mas les había interesado aunque no estaba demás una pausa antes de despegar e intentar llegar al otro lado de esa pared de piedras.

Prompto, aquel rubio tontuelo se encontraba sentado sobre una gran roca a unos metros del pequeño establecimiento donde había desayuna, en sus manos se encontraba su cámara la cual estaba revisando o siendo más especifico miraba cada una de las fotos más recientes notando que había tomado demasiadas del azabache aunque fue culpa de este después de todo. prompto había preguntado muy claramente que tomaría más fotos de cosas que le gustarán y fue ahí donde el príncipe pidió que le tomara más fotos a él.

-noct... tú eres la "cosa" que más me gusta- un suave susurro escapo de sus labios mientras bajaba su cámara acompañado de un suave suspiro, su expresión era suave y tranquila a diferencia de cuando estaba en compañía debido a que era demasiado expresivo y sobre todo risueño, aunque la desconfianza aún vivía en él, prompto desde pequeño había vivido apartado de los demás, siempre había estado solo y la única compañía que había tenido era su fiel cámara, aquel solitario chico de aquel tiempo seguía en el interior de prompto aun llenando de dudas su mente y corazón. Desde que se gano la confianza y la amistad del príncipe ese sentimiento se volvió lo más preciado para él, pensar que el príncipe lo quería a su lado en este viaje tan solo le llenaba ese vacío que alguna vez, pronto ignis y gladio también estuvieron a su lado pero, los sentimientos de prompto hacía el príncipe eran mucho mayores, estar enamorado de tu mejor amigo, a muchos les pasa pero al pobre rubio le había pesado aún más cuando afirmo sus sentimientos pues no solo Noctis era un príncipe sino también era el prometido de la señorita Lunafreya. Una nostálgica expresión se mostró en el rubio mientras bajaba un poco la mirada mientras reflexionaba un poco sobre el viaje que estaban haciendo y sobre todo pensaba en como borrar sus sentimientos por Noctis pero como siempre alguien inoportuno se sentó a su lado rompiendo la poca concentración que había llegado a tener en ese momento.

-¡woaaah! ¿N-noct?, no deberías asustar a las personas, mucho menos cuando están pensando - con cierto berrinche el rubio le regaño con ese tono algo chillón que tenía, ante esto el príncipe solo sonrió a medias y le revolvio el cabello dejando su mano en esa posición. -¿Piensas? pensé que no lo hacías - con cierta burla el azabache hablo antes de recibir un leve empujón de parte del rubio por lo que aparto su mano antes de apoyar ambas detrás de él recargando su cuerpo hacía atrás mientras clavaba su mirada hacía aquel impresionante volcán. Prompto tan solo guardo silencio y miro bastante embobado a su príncipe, como siempre tan atractivo, aunque prompto lo veía de esta forma siempre.

-¿y bien? ¿ En que estabas pensando?-esa pregunta solo logro incomodar al pobre rubio, no era un tema que quisiera tratar con Noctis ya que podría perder la amistad de este tan solo por revelar algo como eso por lo que dio su mejor sonrisa mientras una leve risa salia de sus labios -tehee, solo pensaba si debía tomar más fotos del volcán o esperarme a ver que encontramos del otro lado del muro, aunque creo que debería guardar mi cámara y esperar, estoy siendo muy impaciente.- suspiro con pesadez antes de recostarse sobre la fría roca mientras movía sus pies que colgaban a la orilla de esta, estiro sus brazos hacía arriba haciendo un sonido algo chillón mientras se estiraba y tras estar satisfecho de su estiramiento dejo caer sus manos contra el suelo.

-bueno ya no tienes que esperar, vamos, ya vamos a salir, solo vine a buscarte- el príncipe aclaro antes de levantarse y comenzar a marcharse por lo que el rubio no tardo en seguir el paso dejando atras sus pensamientos sabiendo muy bien que ese no era el momento de despejar su mente sino de concentrarse ya que ese día tendrían nuevo terreno por recorrer.