Capítulo 2, Parte 13

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—Estás enamorada de mí, no puedo creértelo, es algo imposible Carmen.

—Tienes que creerme, es verdad lo que te digo.

Ambos discutían en el pasillo cerca de la recepción.

—¿Cómo quieres que te crea?

—Sé que no lo parece pero me gustas estoy muy enamorada de ti, a primera vista me enamoraste.

—Sí claro, amor a primera vista, eso ya no existe, ya no.

—Sí existe porque conmigo pasó y por Dios no hables como si tú y yo actuamos conforme a nuestra época.

—Sería mejor que fuéramos a mi habitación para discutir esto.

—Sí, sería lo mejor.

Para llegar a la habitación pasaron por el camino más largo nunca antes recorrido por un ser humano, ambos con mil deseos de hablar pero sin el valor suficiente para hacerlo. Ya en la habitación ninguno de los dos tomó asiento, Tyrone estaba apoyando tras la puerta que se encontraba cerrada y Carmen estaba localizada delante de él.

—No sé cómo ocurrió ni tampoco puedo explicártelo pero pasó, mucho antes de irme de la facultad de medicina tengo este sentimiento y pensaba que lo oprimiría pero no, cada vez fue más fuerte.

—Eres una cínica.

—Eso y más, lo sé, pero esto es real, lo que siento es verdad. —dijo cabizbaja.

—Si te ofendí perdona. —dijo antes de abrazarla.

Puso sus manos en los respectivos hombros de ella y la miró con una mirada de compresión y pena a la vez.

—Es algo muy raro, difícil de creer pero estas cuestiones son así y lo sabes. Tengo que expresar que no siento lo mismo por ti y no es que no me falten motivos, porque eres muy poco común, eres jodidamente especial pero no, no siento nada por ti.

—Tyrone eres muy amable, gracias por haberme dicho las cosas claras. Reconozco y acepto que no sientas nada por mí, nunca podría obligarte a los contario, aunque sospechaba eso hacía un tiempo.

—No te sientas mal por favor.

—No te preocupes no me puedo sentir peor pero es normal ¿no?, estaré mejor.

—Deberías descansar un poco, siento haber sido tan directo.

Encendió un cigarro y sin mediar media palabra abrió la puerta y se marchó.

La noche era muy joven y por nada del mundo Carmen dormiría tan temprano también le era imposible con todos esos pensamientos que invadían su cabeza. Se sentía devastada y era de esperar, le hacía falta amor en su vida, sintió amor hacia una persona pero ese alguien le devolvía la cuenta de amor en cero, dejó al descubierto ese sentimiento y en el primer ataque para penetrar en el corazón de otra persona tal afecto fue acribillado a sangre fría como todos los grandes hombres del mundo, mal tratado con una indiferencia de niveles exorbitantes.

Los que más representan lo difícil que es y se ha convertido el amor son los amantes modernos, los amantes del siglo, los amantes actuales, ellos se llaman, se reúnen, se disfrutan pero sólo eso ni se quieren. ¿Dónde quedaron aquellos amantes que eran apasionados en el amor?¿Dónde quedaron esos amantes que perdían matrimonios por otra piel que adoraban, amaban y les fascinaban?, ya no los habían, murieron, todo era más placer que otra cosa, los amantes de los tiempos que transcurren ni siquiera se quieren mucho menos se preocupan uno del otro.

Se acostó boca arriba con la caja de cigarros como acompañante por elección propia, se comenzó a hablar así misma.

—Carmen nunca aprenderás, nunca sentarás cabeza y despertarás de ese sueño eterno, de ese delirio sobre el amor. Tienes que hacer cambios, tres días faltan para volver a la rutina con ese grupo de bestias de la universidad.

Ella, mi diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora