Capítulo 18: Te amo

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Park Jinyoung esquivó una planta que iba dirigida con furia a él por parte de su padre, el chico tensó su rostro y en silencio escuchó el tono aterrador del adulto.

- ¡CÓMO ES POSIBLE QUE ESE CHICO TE HAYA GANADO!

- ...

- ¡¿Y TE QUEDAS EN SILENCIO?! ¡ERES UN BUENO PARA NADA SABES!

El chico intentó hablar, pero en vano eran sus palabras ante la actitud furiosa de su padre, quién no detenía insultos y humillaciones.

- ¡ME DAS VERGÜENZA! ¡NO SÉ CÓMO LIDIARTE ANTE MIS CONOCIDOS!

Jinyoung apretando sus puños y sentado cabizbajo pensaba en la porquería de vida que estaba teniendo tan sólo por una estupidez, qué tan difícil era sobrellevar su vida como el hijo del director; buenas notas, el mejor de la escuela, un ejemplo a seguir para todos, el perfecto estudiante; pero todo arruinado por un chico pobre, becado, un don nadie, y que además tenía un carisma que conquistaba a todos quiénes lo conocían, pensó para sí mismo -cómo maldita sea podía haber alguien mejor que él-. Todo se estaba arruinando, sus padres estaban divorciándose y los problemas del día a día no lo ayudaban para nada, la angustia se acumulaba y se transformaba en odio, furia, sensaciones que debía descargar en uno de los mayores culpables, Choi Youngjae, todo se solucionaría si él sufría, pendejadas no importaban sólo deseaba verlo mal igual que él, nadie lo detendría, se desquitaría y podría al menos solucionar algo viendo como ese chico se desmoronaba y él lograba ascender al menos su reputación para darle en el gusto a su violento padre. Aliviar un problema al menos lo tranquilizaba dentro de todas las peleas que vivenciaba día a día delante de sus padres quiénes ya eran un desastre detestándose.

Jinyoung se levantó de la silla y sin mirar atrás ignoró a su padre dando un portazo y tomando el auto para dirigirse a casa de Youngjae.

Ahí estaba el chico alimentando un gato de la calle, sonriéndole, acariciándolo, como lo odiaba, odiaba esa pureza que reflejaba en su presencia, quería destruirlo, todo sin detenerse. Bajó del auto y a paso lento se acercó observándolo con calma, se quedó mirándolo desde arriba y Youngjae observando la gran sombra sobre el pavimento alzó la cabeza intentando reconocerlo a través de los molestos rayos de sol.

- ¿Jin... Jinyoung?

- Levántate.

Park lo tomó del brazo y levantándolo lentamente, prosiguió.

- Cómo estás Choi Youngjae.

- B - bien...

- ¿Sólo eso?

- Yo...

- ¿Tienes miedo?

- No... no es... eso...

- ¿Entonces?

- Yo...

- Habla.

- ¿Por qué... viniste?

- Que directo, me agrada.

- ...

- Vamos sube.

- Sabes... tengo que hac-

El chico frívolo agarró el antebrazo del menor y lo jaló fuertemente hasta meterlo al asiento del copiloto, cerró la puerta con fuerza y subiéndose rápidamente puso el seguro, Youngjae con el corazón acelerado intentó abrir, y mirándolo confundido tragó angustiosamente.

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