CAPÍTULO 27. Alumno y profesor

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CAPÍTULO 27. 

-¡Papi, papi! ¡Despiértate ya!

Adrien intentaba sacudir el peso muerto que era el cuerpo de su padre dormido. Era lunes por la mañana y, ese día, el pequeño comenzaba su andadura escolar. Estaba tan nervioso que apenas pegó ojo en toda la noche y, en cuanto los primeros rayos de luz entraron a través de la ventana, se sentó sobre la cama y se dispuso a despertar a su padre. Al principio, pensó que sería una tarea fácil; su padre tenía la costumbre de dormir con un ojo medio abierto, vigilando el sueño del pequeño, pero todo parecía indicar que Severus Snape escogió ese día para dormir a pierna suelta. Adrien se sentó sobre su pecho y empezó a darle golpecitos en los hombros, sin notar la sonrisita maliciosa que el hombre disimulaba a duras penas.

Severus se había despertado con la primera llamada del niño; lo había notado un tanto inquieto durante la noche y, por ello, su sueño era tan ligero como siempre. Si no había abierto los ojos fue porque tenía ganas de jugar; sonaba extraño, pero le apetecía pasar un rato divertido con Adrien, aunque el pobre niño no parecía estar pasándolo demasiado bien. Escuchaba la vocecilla casi desesperada del niño y, finalmente, se apiadó de él, fingiendo despertar perezosamente, soltando un sonoro bostezo.

-¿Qué ocurre, pequeño? -Preguntó, haciéndose el tonto. Adrien se puso en pie sobre la cama con los brazos en jarra, dispuesto a regañarle.

-¡El cole, papi! -Dijo, cargándose de razón -¡Tenemos que ir al cole!

-¡Oh, eso es cierto! -Severus se estiró y se dio media vuelta, cerrando los ojos otra vez -Pero déjame dormir diez minutitos más...

Severus sonrió. No había contando hasta tres, cuando Adrien se abalanzó sobre él e intentó abrirle los párpados con sus deditos, frunciendo el ceño como un padre que sermoneaba a sus hijos.

-¡No, papi! ¡Tienes que despertarte ya! -Dijo, casi gritando -¡No podemos llegar tarde!

Severus se hizo el remolón un rato más, aunque Adrien no se lo ponía nada fácil: le golpeaba con la almohada, le quitaba las mantas, le zarandeaba y le pedía que se levantara, sin callarse ni un solo segundo. Finalmente, Severus soltó un gruñido y cogió a Adrien por la cintura; se puso en pie y el niño quedó boca abajo, un poco sorprendido al principio, aunque rompió a reír cuando Severus le hizo cosquillas en la barriga. Era la primera vez que su padre tenía un despertar como aquel, y el niño se sintió realmente a gusto. Severus no sabía por qué actuaba de esa forma, pero debía reconocer que le agradaba.

-Está bien, pesado -Dijo, enderezando a Adrien y dirigiéndose al cuarto de baño -Necesitas una buena ducha. ¿No te parece?

-¡Sí!

Adrien parecía satisfecho; con un par de movimientos perfectamente estudiados, consiguió que su padre lo dejara en el suelo y corrió hacia el aseo, preparándose para entrar en la bañera como todas las mañanas. Fue la ducha más rápida en semanas, puesto que Adrien tenía demasiada prisa por terminar; ni siquiera intentó mojar a su padre, algo bastante normal últimamente.

-Puedo vestirme yo solo -Dijo, cuando Severus lo envolvió en una toalla, yendo ya hacia su dormitorio, en busca del uniforme del colegio -Tú puedes hacer el desayuno.

Adrien mostró sus dientes, dando a entender que aquello era más una orden que una sugerencia. Severus se encogió de hombros y se marchó de la habitación, consciente de que Adrien no tendría ninguna clase de problemas para presentar un aspecto medianamente aceptable. En cuanto se quedó solo, el niño se secó rápidamente y empezó a ponerse la ropa; tuvo un pequeño problemas con los calcetines y se abrochó mal la camisa en el primer intento, pero en menos de cinco minutos ya estaba de vuelta en el cuarto de baño, peinándose el cabello como a él le gustaba. Lo que no consiguió hacer fue anudarse la corbata; eso era algo que su mamá no le había enseñado, así que bajó a la cocina con el cuello de la camisa hacia arriba y la corbata, de un tono marrón claro similar al de la chaqueta y los pantalones, enredada entre los dedos.

Papá SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora