El fruto de nuestro amor (Loricoln)

Madre e hija

— Aww…—suspiraba de ternura Loan — Aww.

— Veo que de verdad te gusta— le dijo Lori a su hija.

La temblorosa Loud abrazaba con todas sus fuerzas a Bun Bun, ¿Qué si ya era grande para los peluches? Esa duda se había esfumado por completo.

Loan sentía como si siempre hubiera estado con el, aún si habían pasado únicamente diez minutos.

Su madre la veía, su expresión reflejaba satisfacción, sentía gusto al ver como algo de Lincoln, tan icónico como Bun Bun pudiera estar en posesión de su hija (además de los viejos videojuegos, cosa que Lori solo se los regaló únicamente que le perteneció a su padre).

Quizás ese peluche le diera a su hija más tranquilidad… a ambas.

— Gracias, Ma — le dijo Loan con una sonrisa.

Lori notó algo distinto, algo que en cierta forma no pudo creerlo del todo, parecía que al momento de agradecerle, Loan había dejado de temblar un poco, sus movimientos temerosos se habían reducido en pequeña escala. Y aunque poco la diferencia, aquello dejó atónita a la primera Loud, con un nudo en la garganta presa de la alegría.

— De nada, cariño, me da mucho gusto que te haya gustado.

Lori no pudo contenerse y abrazó a su hija, esta por su parte, sintió la sorpresiva acción de su madre, los movimientos tan repentinos siempre la habían incomodado, como si tuviera que ponerse en alerta, pero esa vez era diferente.

Loan tardó un segundo al corresponderlo; rodeó la espalda de su madre con sus brazos, volteó un poco sus ojos para comprobar que su madre aún quería seguir con el abrazo y al momento de confirmarlo, ella sonrió mientras empezaba a cerrar sus ojos.

Largos segundos estuvieron así, para muchos sería algo por lo regular poco común e inclusive incómodo. Y aunque ellas raras veces se abrazaban  de forma larga, esa vez fue la más extensa de las veces.

Luego de unos instantes más, madre e hija se separaron. Lori le acarició el cabello, haciendo así un lindo gesto que Loan entendía perfectamente.

— Hija, quiero que escuches con atención.

— Con… contarás la historia ¿Verdad…?

— Si…

Loan estaba hecha un desastre de emociones, tenía nervios por saber, interés por conocer, miedo por curiosear, emocionada por descubrir, todo por finalmente escuchar sobre su padre, Lincoln Loud.

— ¿A propósito, no nos comeremos el pastel que trajimos? — preguntó Lori con cierto humor al recordar el detalle.

— Oh… am.. claro…— De igual forma Loan había olvidado terminarse su porción.

En verdad Lori había ganado cierto tiempo, pero no lo hacía por arrepentirse de contarle todo a su hija, el problema resultaba en como iniciar. Dio un leve suspiro mientras daba otro bocado.

— ¿Ma…?

— ¿Hmm? — la primera Loud saboreaba su porción.

— ¿Ya… ya me vas contar…?

— Bueno, si, pero no sé por donde comenzar.

Finalizó su pastel, acto seguido, Lori dejó su plato en la pequeña mesa que tenían en aquella sala, su mirada estaba perdida, tratando de encontrar un punto de partida para lo que sucedió. Recordó de forma fugaz los momentos de su embarazo y las complicaciones que tuvo en esa etapa, en verdad… Loan había sobrevivido de milagro ¿Eso también se lo diría…?

— ¿Mamá…? — su hija le volvió a llamar.

Lori dejó ese recuerdo para más tarde, si habría que decirle, que fuera poco a poco.

— Muy bien, hija, te diré todo aquí y ahora— Lori empezó sentir un leve golpeteo en su pecho.

Recordaba los buenos momentos muy a menudo, a Lincoln siempre lo tenía presente en su día a día, su amor por él nunca se desvaneció con el pasar de los años. Ahora le emocionaba volver a sentir como se enamoró de él otra vez; no solo eso, ahora tenía a su hija quien finalmente sabría su amorío, lo bueno y lo malo.

— Loan, todo empezó hace diecinueve años…