La despedida de Lori

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Lisa era la única que había rechazado, por muy buenos motivos, asistir a la celebración de su sobrina Loan. Se encontraba totalmente sorprendida ante lo que estaba viendo, tanto, que incluso tuvo que limpiarse los lentes más tiempo de lo usual. "Por todos los universos", pensaba mientras veía la escena con los ojos bien abiertos.

— Hola... — escuchó Lisa mientras veía cómo le alzaban la mano para saludarla.

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     Loan se quedó mirando a su madre por unos instantes. Otro silencio incómodo rodeó la atmósfera de la habitación en donde las dos se encontraban. Esto le provocaba algo de ansiedad, pero ella podía entender que tal vez no era algo tan sencillo recordar y, sobre todo, relatar un pasado que intentó por muchos años ocultar. La hija de la primera hermana Loud observó a Bun-bun nuevamente, recorrió cada parte del peluche que le perteneció a su padre y volvió a sentir un poco de calma. Lori se quedó pensando unos segundos más hasta que notó que su hija empezaba a oler el peluche de conejo que anteriormente le había pertenecido a Lincoln.

— Creo que tiene el olor de mi papá— dijo Loan con tranquilidad.

— Supongo— contestó Lori con una sonrisa melancólica en su rostro.

     Loan alzó a Bun-bun entre sus manos mientras se reacomodaba para seguir escuchando la historia de su madre. Apenas había empezado y no creía que pudiera finalizar el día hasta que terminara de escuchar. Lori entonces entendió que necesitaba continuar, por lo menos hasta donde pudiera llegar antes de que sus hermanas llegaran para la fiesta de su hija. Puso una de sus manos en su barbilla y volvió a recordar paso a paso los acontecimientos que habían culminado con el nacimiento de su hija.

— Bueno, después de eso pasó...

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     Después de ese día, Bobby no volvió a mandar mensaje hasta dos semanas después. Como Lori ya esperaba, éste era uno donde, con pocas palabras, finalizaba formalmente la relación que tenían. Es probable que esto le hubiera provocado mucho dolor anteriormente, no obstante, después de la plática que tuvo con su hermano, pudo sentirse bien después de esto. Suspiró pesadamente en señal de apreciar lo que tuvo con el moreno, pero si era eso lo que quería, lo iba a aceptar de buena gana.

     La poca pesadez que Lori sintió al leer el corto mensaje de quien antes había sido su novio fue también gracias a que sus hermanas y, especialmente, Lincoln, se habían acercado más a ella para distraerla, un gesto que, sin duda, siempre les agradecería. Además, con estos acercamientos con su familia, se hizo menos mandona y más flexible. Se interesó en pasar un poco más de tiempo con cada integrante de su familia además de Leni, cedió más la voz en las reuniones que tenían y comenzó a reír más, hecho que fue buen recibido por Luan.  

     Los días fueron transcurriendo hasta que llegó el momento en que ella partió a la universidad, día que, por obvias razones, fue difícil emocionalmente para todos, pero sobre todo para Lincoln. El chico Loud había comenzado a tener tan buena relación con su hermana mayor, que le costaba ver partir a quien se había convertido en un gran ejemplo para él.

— Hey, volveré para navidad— le dijo Lori aquel día antes de tomar su maleta.

     La primera hermana Loud ya estaba por irse, volvió a abrazar a sus padres quienes, a pesar de estar felices por ella, evidenciaban estar tristes por la partida de su hija. Lori entonces se dispuso a dirigirse a la sala de espera del aeropuerto para abordar su avión que la llevaría a su futuro, pero antes tuvo la necesidad de voltear su mirada de regreso a su hermano. Éste la miraba, parado y sin decir palabra alguna. Fue en ese momento en que Lori se acercó de nuevo a él y se hincó ante él poniéndose a su altura.

— Gracias, Lincoln, por todo— fue todo lo que le dijo antes de darle un beso en la frente y abrazarlo por última vez antes de partir. 

     Lori se dio la vuelta y caminó de frente y sin voltear hacia atrás, entró en la sección de salas de espera, se sentó en la que le indicaba su boleto y esperó pacientemente hasta que llegó la hora de subirse al avión. Dieciocho años cumplidos, un futuro por delante y sin sentimiento alguno por aquel joven que antes le había robado el corazón. La primera hermana Loud cerró sus ojos mientras que su cuerpo se acomodaba en el cómodo asiento de primera clase en el que se encontraba, pintó una bella sonrisa y durmió plácidamente durante todo el vuelo.

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     El timbre de la puerta hizo ruido; Luan y Lola habían llegado. Lori entonces  dejó de contar la historia para poder atender debidamente a sus hermanas. Loan, por su parte, se quedó sola en la habitación mientras escuchaba cómo sus tías entraban y saludaban. La temblorosa Loud estaba pasmada ante lo que su madre le había revelado: un hermano, su madre tenía un hermano además de sus hermanas. Esto sin duda la agarró desprevenida y en su mente se generó muchas preguntas. ¿Por qué su madre hacía tanto énfasis cuando hablaba de su hermano? ¿Por qué siempre le ocultó que tenía un tío y por qué en ningún momento de la charla mencionó su nombre? Y, sobre todo, ¿Qué tenía que ver esto con su padre?

El fruto de nuestro amor (Loricoln)Where stories live. Discover now