Pov Jimin.

Por primera vez puedo decirle gracias, a alguien más que no sea mi madre.

El motociclista, el mismo que calló en la ruta, que tal vez se haya golpeado y lastimado, que quizás tenía algo importante que hacer, fue el único que se acercó a mí y me tendió una mano. El mismo que me trajo hasta aquí, la entrada del funeral de mi madre.

-Gracias. - murmuré entregándole el casco.

-esperaré aquí. - Me sonrió.

-No es necesario, por favor. Has echo mucho por mi.

-No puedo dejar que hagas una locura o algo así. Te esperaré.

Asentí y entre al lugar donde la velarán.

Había algunos familiares allí, por suerte papá no estaba.

Todos me miraban, pero nadie se acercaba. Nadie me hablaba y nadie me tendía una mano. Tal y como en la ruta.

Sentí una mano en mi espalda, que me animaba a seguir hasta el ataúd.

Voltee, y nuevamente fue él quien me animó.

-¿qué haces? - pregunté en un susurro.

-sabía que te costaría hacerlo, por eso te seguí.

Asentí y gracias a que era él quien me empujaba pude llegar hasta el ataúd abierto.

-Mamá... - murmuré.

Por más que pensara no tenía nada, ni una palabra que decirle.

Supongo que ya estaba todo dicho, o tal vez no era el momento de decir algo.

Sólo la lloré sin derramar una lágrima y me despedí de ella sin decir una palabra. Mi madre vivió una buena vida, con algunas subidas y bajadas. Pero siempre sonrió.

El único deseo que no pudo cumplir fue el verme formar una familia, o siquiera poder aprobar a mi futura pareja, cuando era niño siempre me decía que ella aceptaría a quien abra su corazón para mi.

La voy a extrañar tanto, sin ella no tengo nada.

Pero es momento de dejar ir algunas cosas. Y empezar de nuevo.

-Podemos irnos. - Volví a mirar al chico

-Esta bien.

Como antes, nadie de mi familia se acercó a mi. Incluso me miraban mal debido a que yo tuve toda la herencia. Pero tal y como antes, no me importa.

Salimos a la calle y el chico volvió a subir a su motocicleta.

-¿Ahora a dónde vamos?

-¿qué?

-Dime a donde quieres ir.

-¿Por qué haces todo esto?

-Te acabas de despedir de tu difunta madre y te conocí cuando ibas a saltar de un puente. ¿Piensas que te dejaré solo? Quiero ayudarte. Soy Min Yoongi, por cierto.

-Park Jimin. - Respondí con una sonrisa.

-Bueno Jimin, ¿qué quieres hacer ahora?

-Bueno... Hace dos días que no como nada.

-Entonces sube, iremos a un lugar donde la comida es deliciosa.

Gracias, Yoongi. Muchas gracias.

El Desconocido De La Ruta » YOONMIN «Där berättelser lever. Upptäck nu