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Abrió los ojos, aún con sueño.

3 semanas habían pasado ya.

¿Por qué seguía vivo? Ni él mismo lo sabía.

Solo quería seguir respirando un poco más. Quería comer sus alimentos favoritos que Yoongi preparaba para él un poco más. Quería verlo un poco más.

Jimin estiró sus piernas y brazos para luego volver a cerrar los ojos.

-Es hora de levantarse.

¿Así es cómo te despiertan con cariño?

Jimin no sabía bien lo que era el cariño, pero aún así, en las 3 semanas en que Yoongi lo cuidó de hacer algo estúpido, se sentía querido.

Tal vez no era así, pero se podía decir que estaba un poco más feliz que antes.

-5 minutos más...

El mayor soltó una pequeña risa y se sentó en el borde de la cama.

-Es tarde. Te preparé el desayuno.

-¿Mi desayuno favorito? - preguntó asomando la cabeza por entre las sábanas.

-Así es. Pero si quieres puedes quedarte en la cama un rato más.

Su sonrisa era hermosa.

Le gustaban muchas cosas de su salvador.

Su cabello negro todo despeinado cuando dormían en la misma cama, sus ojos gatunos llenos de sueño por la noche, sus desayunos deliciosos, su voz gruesa pero tranquila que usaba para dirigirse a él, sus grandes manos que tomaban sus mejillas mientras sus finos labios susurraban lo mucho que lo quería, que no debía llorar de angustia ni lastimarse a si mismo.

Porque sí, Jimin lo seguía haciendo.

Se encerraba en el baño de la casa de Yoongi, y se autolesionaba.

Quería dejar de hacerlo pero no podía, tenía tantas cosas guardadas en su interior.

Por suerte Yoongi estaba pendiente de él. Siempre estaba allí para calmar sus pesadillas a medianoche, siempre estaba allí para evitar más heridas.

-¿No vas a ir a estudiar hoy?

-¿Para qué? De todas formas voy a morir.

Yoongi suspiró.

-No vas a morir mientras yo siga respirando, Jimin.

Llevaban 3 semanas así, pero al menos estaban progresando.

-¿lo prometes?

-Sí. - Sonrió. No era fácil tratar con un suicida potencial. - Vamos a desayunar.

Jimin obedeció y se levantó de la cama con pereza.

Poco a poco, Jimin aprende a ver lo bueno de la vida...

-¿Qué es eso? - preguntó señalando una especie de oruga llena de pelos en un árbol del parque donde Yoongi lo llevó para tomar aire fresco.

-Es una gata peluda, no la toques o te puede crear un sarpullido doloroso.

Jimin obedeció y alejó su mano de aquel bicho que iba por la vida buscando comida, Yoongi sonrió.

Jimin estaba aprendiendo a alejarse de lo peligroso.

-¿Quieres un helado?

-Sí, por favor.

Estaba empezando a sentir mucho cariño por el chico que salvó.

El Desconocido De La Ruta » YOONMIN «Where stories live. Discover now