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No importaba si eran desconocidos.

Jimin ya no tenía nada que perder, no tenía miedo de Yoongi. Hasta podría decir que es la única persona en quien confiaba en estos momentos.

Llegaron a la casa de Yoongi, una muy linda y grande. Era impensable que allí solo vivía una persona.

-adelante. - Yoongi abrió la puerta, dejando pasar primero al más joven.

-Gracias. - Entró miró a su alrededor, adornos y demás cosas. - Tu casa es linda, incluso estas en una de las mejores zonas de Seúl.

-Mis padres insistieron en darme estas cosas, tal vez es una forma de pedir disculpas luego de que se divorciaron.

-Oh... Lamento oír eso. - Jugó con la manga de su polera.

-No, tranquilo. - Le restó importancia y bostezo. - Bueno, creo que dormiré en el sofá, te mostraré la habitación y —

-No puedo quitarte tu cama, Yoongi hyung.

-Y yo no puedo dejar que duermas en el sofá. Eres mi responsabilidad ahora.

Ambos se observaron mutuamente por un par de minutos, hasta que terminaron juntos en la cama del mayor.

-Gracias. - murmuró Jimin, cubriéndose con las cálidas mantas.- Te conozco hace unas horas, y me has tratado mejor que cualquier otra persona en toda mi vida. - Su voz se volvía cada vez más apagada debido a que el sueño lo vencía.

-No sé porqué lo hago. Tal vez porque te veo tan frágil. Algo que las demás personas no demuestran. Y quiero ayudarte. Me provocas ese sentimiento.

-Espero que seamos grandes amigos, Yoongi hyung.

-Yo también lo espero, Jimin.

Se acurrucaron e inmediatamente cayeron en brazos de morfeo.

Jimin sintió paz al dormir. Comúnmente tenía pesadillas por lo que sus horas de sueño eran casi nulas, de 1 a 3 horas por noche.

Y todas eran las mismas, Su padre.

Sus compañeros de clase que lo golpeaban.

Entre otras cosas que prefiere no recordar.

Ese día durmió más de 9 horas junto al motociclista que detuvo su muerte. Y sintió la calidez del cuerpo ajeno, la suavidad de la almohada, la protección de las mantas, sus pies no estaban fríos como siempre que se acostaba, porque estaban entrelazados inconscientemente con los del mayor.

Sintió su corazón latir de nuevo.

"Porque el corazón está muerto en vida si ya no tiene un motivo para latir."

El Desconocido De La Ruta » YOONMIN «Where stories live. Discover now