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Era medianoche cuando Yoongi debía levantarse de la cama, caminar descalzo hasta el baño, abrir la puerta y abrazar a Jimin.

Esa nueva rutina era horrible, para ambos. Pero el temor de Jimin siempre estaba allí.

-Tranquilo.- susurro en su oído mientras lo ayudaba a levantarse. Era la sexta vez que lo hacía.

-N-no puedo- respondió con los ojos llorosos.- Yo siento que sigue aquí. No puedo siquiera dormir...

- No pienses en eso.- Estaba cansado, pero el más joven lo necesitaba.

-No puedo evitarlo.- limpió sus propias lágrimas. - Sólo ve a casa, Hyung.

-¿Y dejarte aquí? No.

-¡Pero soy una molestia para ti! ¡Soy débil!

-Jimin, basta.

-¡Déjame sólo!- comenzó a golpear el pecho del mayor.

-¡Jimin te estás alterando!

-¡Sé que tengo problemas!¡Lo sé!

-¡Basta!- tomó bruscamente las manos del menor y lo miró a los ojos. -¡Estás enfermo, lo sé! Pero estoy tratando de curarte. Paso todo mi tiempo aquí, este es mi hogar ahora. Si me voy me lastimare en el interior, esta casa solamente es mi hogar porque lo comparto contigo. Logré que dejes atrás la idea de morir, no me hagas retroceder ahora y déjame curarte por completo.

-Pero...Si sigues conmigo, tú serás el que termine enfermo, hyung. Todos se alejan para no enfermarse...

-yo ya estoy enfermo...Ya no importa.- sorpresivamente lo abrazó por la cintura, acercando sus cuerpos 

-Y es mi culpa ¿Verdad? 

-Sí, completamente.- Asintió repetidas veces.

-Entonces déjame.

-No puede hacer eso. Lamentablemente también eres mi medicina.

-Yoongi, no te entien—


El Desconocido De La Ruta » YOONMIN «Where stories live. Discover now