Extra #1. Parte 2.

6.7K 344 84
                                    

Primero que todo, primero que nada:

Me encomiendo a mi Santa Patrona: Megan Maxwell, para que me acoja bajo su manto de perversión y erotismo, y me guíe por el sendero de la literatura erótica, evitándome así una fatal caída en la vulgaridad y ridiculez.

Amén.

Ahora, bien. Procedo a pedir clemencia hacia mi persona, puesto que no soy una gran experta y conocedora de éstos temas, porque a pesar de haber leído bastante sobre ello, no siento sea lo suficiente. Es difícil a veces hablar de algo que no conoces o has experimentado, por eso; si ven algo que esta fuera de lugar, mal expresado, narrado, etc. seria maravilloso si ustedes, seres de amor y dulzura, me corrigieran y ofrecieran una forma correcta de hacerlo. Estoy abierta a criticas de todo tipo.

He trabajado mucho, haciendo lo mejor que mis capacidades y nervios me han permitido, por lo que a pesar de todos los errores que puedan haber espero que les guste y lo disfruten. 

Eso es todo, amores. 

P.D: Ha sido considerablemente extraño escribir parte de esto en semana santa. No lo sé, me sentí ridículamente pecadora. Incorrecto. Pero son idioteces mías, así que no me hagan caso.

Bye.

Fue una buena noche.

Cada uno de los restaurantes de Alex era especializado en todo tipo de comidas, desde italiana hasta Alemana, e incluso algunas bastante exóticas. Era comida elegante, refinada, para paladares exigentes y experimentados. No cualquier persona podía encontrar una maravilla en las ancas de rana, los caracoles, Balut (Lo que era un nombre extraño para huevos de pato fertilizados, los cuales contienen al embrión en su interior, según me había contado Alex. A veces es mejor simplemente no saber, amigos), o Casu razu (Les prometo que no necesitan saber para continuar viviendo). En fin, cenamos en uno de sus restaurantes elegantes y finos.

Yo, como cualquier persona con un mínimo de lógica en su cerebro, me preparé para comida elegante, complicada, asquerosa para mi gusto, y en porciones muy pequeñas. En cierto modo me sentía agradecida de ello, porque si se trataba de otra cosa el traje de látex podría partirse en dos y eso estaba lejos de ser sexy, además de hacer pedazos mi hermoso y amado disfraz de golfa/prostituta. Así que en realidad no me molestaba completamente la idea de morir de hambre por hoy.

No, olvidaba que Alexander vivía cada día de su vida para hacerme una persona feliz. Y como siguiéramos de ese modo, una gordita feliz.

Cuando el Maître nos trajo la carta, bajo la atenta y alegre mirada de mi novio, me dispuse a mirarla para decidir qué pedir. Los ojos se me salieron de las cuencas cando me topé con una extensa lista de platos. No cualquiera; mis platos favoritos de toda la vida.

Desde los panqueques que mi madre me había preparado durante toda mi infancia para comer de desayuno todos los días antes de irme a la escuela, a la lasaña que me preparaba cada cumpleaños, porque sabía cuánto la amaba.

Fue difícil no lanzar la carta a un lado y lanzarme sobre él, para de una buena vez darle su bendito regalo. Sobre todo porque nos encontrábamos en una habitación apartada y privada, donde nadie más que nosotros estábamos.

Pero eso habría arruinado completamente el plan, por lo que fui una chica buena, y muy caliente, que le agradeció a su hombre con una radiante sonrisa y un besito pequeñito.

Luego de cenar y tomar el postre, nos fuimos a ver una película. También me dejó elegir. Era tan dulce y encantador que no sabía si abrazarlo o montarlo, un problema con el cual tenía que lidiar cada día, señoritas.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 02, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Equal Halves. MADLY IN LOVE #2Where stories live. Discover now