Especial 5/5

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♡ 5 ♡

Liam y Leigh-Anne llevaban viviendo juntos desde hacía dos años, ella estaba por acabar la carrera, Liam se había salido de la carrera para trabajar hace tres años y a penas había empezado de nuevo con las clases por la tarde mientras en la mañanas trabajaba.

La familia de ella estaba encantada con Liam, mientras que la madre de él aún no estaba convencida de que Leigh era la mejor opción para su hijo, sin embargo, había aprendido a tolerar la y a por lo menos en frente de su hijo no hacer ningún comentario al respecto.

-No Liam, una cosa es que yo no te diga nada porque ella te hace feliz, pero no te puedo dar mi anillo, era de mi abuela y no voy a permitir que esa chica lo tenga, es una reliquia familiar y quiero que así se quedé...- su madre lo miraba fijamente.

-Pero mamá, ella va a ser parte de la familia cuando nos casemos- Liam le sonrió.

-¿Y ya lo pensaste bien? ¿Estás seguro de que ella es la indicada? ¿De qué ella es a la que quieres para toda tu vida? Piénsalo bien Liam...- su madre le dio un sorbo a su café y lo dejo en la mesa.

-Mamá, la conozco desde que tenemos doce años, quiero estar con ella el resto de mi vida... por eso me gustaría que tu y papá me acompañen a pedir su mano en su casa cuando me diga que si- su madre soltó un largo suspiro.

-Esta bien, ya vi que no puedo hacer nada, te acompañarnos, pero no le daré mi anillo Liam, es algo que tendrás que comprar tu, ni en broma voy a dejar que tenga el anillo de la abuela...- Liam la abrazó.

-Gracias mamá...-

Aquella situación obligó a Liam a juntar dinero para comprar una buen anillo que le gustará a Leigh, porque sabía que no le iba a gustar cualquier anillo que vendieran en cualquier lugar, se dio a la tarea de empezar a buscar en sitios de Internet anillos personalizados hasta que encontró el diseño a su parecer perfecto.

Liam invitó a Leigh-Anne a la feria que estaba en la ciudad por poco tiempo, cuando salieron de la casa era un atardecer así que Leigh llevaba un sombrero negro para cubrirse del poco sol que había.

Cuando bajaron del taxi había subido la temperatura, haciendo que a ella le diera frío, al entrar Liam se detuvo un momento y le dio su bufanda poniéndola alrededor de su cuello.

-Gracias amor...- Leigh se acercó a él y lo besó.

-De nada cariño...- Liam sonrió como bobo y caminaron tomados de la mano. -¿Qué quieres hacer primero?- Liam le sonrió.

-¡Juguemos!- Leigh lo llevo casi corriendo al área donde estaban los juegos de pelotas, disparos, dardos, etcétera. -Pero primero debo ir al baño...- lo besó y comenzó a caminar hacia los sanitarios.

Liam fue al puesto donde al tumbar una pila de pelotas bajaba a un peluche y sonrió.

-Disculpe, mire, le quiero proponer matrimonio a mi novia, y quiero que ese peluche- señaló al oso más grande que había -tenga la cajita con él anillo- sacó la caja de terciopelo rojo -¿Podría hacer eso?- sonrió.

-Lo siento hijo, pero tendrías que ganartelo, ¿y qué tal sino te lo ganas?- el señor de edad adulta se cruzó de brazos.

-¿Cuánto quiere por el peluche?- Liam miró la puerta de los sanitarios para ver si Leigh regresaba.

-¿Cuántoestás dispuesto a pagar?- sonrió con malicia, Liam todo los ojos.

Luego de una corta negociación, Liam acabo pagando con tres billetes de $200 cada uno, con todo el dolor de su cartera se tuvo que aguantar el querer matar al señor del puesto cuando Leigh-Anne regresó.

Terapias De Pareja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora