Dioses Entre Nosotros

A Tiempo

Kara patrullaba Ciudad Nacional, no sabía hacía donde huyó Reing y atraparla era su mayor prioridad, agradecía a Rao que sus amigos y familia estuviesen bien, aunque se asustó mucho cuando vió a Alex con el pie fracturado. Miraba la Ciudad tan tranquila, que extraño, todo pasó tan rapido y ahora estaba alli, tratando de buscar como vencer a alguien que evidentemente no conocía y que le había dado la golpiza de su vida, ni Kal ni Rhea lo habían logrado como Reing, comenzó a divagar tanto que se sumergió en sus pensamientos nuevamente, repasaba todos los sucesos anteriores, ser derrotada por Reing y después quedar atrapada en su mente fue una experiencia inusual, sin embargo nunca creyó que la parte que deseaba tanto dejar ir, su humanidad, sería quien la ayudase a salir de ese lugar aunque, no lo había reflexionado, antes de pasar la puerta hacía su libertad escuchó una voz familiar.

- ... Supergirl me salvó, pero tu, eres mi heroé

Y de repente, recordó de quien era esa voz, Lena, ese acontecimiento paso ya hace meses sin embargo la kriptoniana no entendía porqué su mente lo había repetido. Kara estaba confundida, últimamente pensaba mucho en Lena, y se excusaba diciéndose a sí misma que era debido a que la menor de los Luthor era una amiga a quien quería mucho pero, ¿De verdad era esa la razón? Recordó que su hermana le había contado que John se había hecho pasar por ella porqué Lena fue de imprevisto a su apartamento a hablar de su beso con James, al momento la situación en la que había estado el marciano le hizo bastante gracia, pero ahora, una parte de ella se sentía triste, no entendía, ¿Era por James? no, ella ya lo había superado y solo lo veía como un amigo mas. ¿Era por ver a dos de sus amigos ser mas que amigos? claro que no, Kara Zor - El nunca había sido envidiosa pero entonces ¿Era por Lena? Aún quedaba presente el miedo que sintió cuando Brainiac 5 dijo que Reing seguía libre, pensó en como su familia podría haber sido atacada, sí algo les sucediera ella seguramente enloquecería, pero sintió aun mas temor cuando su mente imaginó viendo morir a Lena, su impulso por salir desesperadamente del encierro la hizo arremeter contra la puerta con su visión calorífica, todo alrededor se desordenó y aun así la puerta seguía intacta.

Miedo, miedo a perder a Lena, no, este miedo era desmesurado ¿por qué se sentía así? No es normal, ¿Qué sentía por Lena Luthor entonces? La sirena de los bomberos la hizo regresar y fue en la ayuda de los ciudadanos.

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Lena estaba sentada en el sillón de su casa con la sudadera de su amada universidad mientras tomaba una copa de vino, ahora que Sam se encargaba de LCorp no tenía tanto trabajo como antes, eso era bueno y malo a la vez, y no es que sea de aquellas personas que viven por y para su trabajo sino que ese tiempo libre lo invertía en CatCo, se sentía cómoda trabajando allí, ver a los demás empleados trabajar en conjunto era muy gratificante, pero ver a Kara trabajar en su escritorio la llenaba de alegría, la menor de los Luthor se reía calidamente recordando todas las veces en las que se escapaba de James para ver como trabajaba. Ver a la campeona de la Tierra trabajar como una simple y normal humana era curioso y sin lugar a duda, un privilegio que apreciaba, más al ver el cariño y devoción con la que Kara hacía su trabajo. Lena no pudo evitar dejar salir un suspiro, y mas al ver aquella manta roja doblada a lado suyo. Ella tenía claro que lo que sentía por Kara era más que una simple amistad pero, cuando le confesó que ella y James se besaron, la kriptoniana no hizo nada mas que apoyarla, eso la hizo entender que Kara no sentía nada por ella mas que una amistad; Lena río, llegó a beber a su casa con el pensamiento de que iniciar una relación con James Olsen estaba bien y terminó con el recordatorio de alguien que no la quería mas que como amigas. Tomó el ultimo trago que le quedaba y decidió ir a dormir.

UN PAR DE DÍAS DESPUÉS.

- Sé porqué trabajas aquí, es por Reing ¿no? Ahora que esta matando a criminales has decidido reformarte, eso ha sido una buena idea- decía la kriptoniana mientras le sonreía cordialmente a aquella chica de cabello blanco.