Extra 3: Manos entrelazadas

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Daemon

Si alguien me hubiera dicho que iba a terminar perdidamente enamorado de un adorable chico de ojos azules y sonrisa calida, probabalemente le hubiera roto la nariz de un puñetazo...pero la verdad es que sucedió, me enamore de Maxwellth Archer, mi pequeño elfo.

Siempre fuí un tipo que no le daba demasiada importancia al amor. Tener lios de una noche y sin compromisos era lo mio y de pronto ¡Bam! Max irrumpió en mi vida y la pusó de cabeza ¿Y qué puedo decir? Me enamore tanto de él que me parecía que el día no tenía suficientes horas para estar a su lado, que a veces acababa de separarme de él y ya lo extrañaba como si llevará años sin verlo.

Y si, estar con él, era lo que más anhelaba en el mundo, pero a medida que Max fue tomando confianza y volviéndose más y más cariñoso, las cosas empezaron a ponerse un poco "díficiles" para mi. Y es que el problema, era que mi chico no sabía lo que sus besos inocentes me provocaban, o lo mucho que me enloquecian sus caricias.

Y justo en ese momento estaba sufriendo la más dulce tortura que puedan imaginarse. Max me había pedido que le enseñara a jugar videojuegos, y he de decirlo, mi chico no era especialmente bueno en ello.

Estabamos sentados en el suelo de su habitación, frente al enorme televisor que tenía empotrado en la pared. La lección de ese día era sobre Call of Duty, uno de mis videojuegos favoritos. Max estaba sentado entre mis piernas, con la espalda recostada contra mi pecho. Max saltaba constantemente cuando era sorprendido por algún enemigo y eso provocaba que su cabello rozara con mi nariz y en serio que su aroma me dejaba un poco fuera de combate.

Tenerlo así entre mis brazos, era difícil. Mis manos tomaban vida propia y se aferraban a su estrecha cintura y mis labios lo único que querian era deslizarse por su cuello y dejar marcas de amor en su blanca piel. Deseaba tanto a Max, lo deseaba como nunca había deseado a nadie, pero...no quería asustarlo, sabía que yo era su primer novio, su primer beso y ¡Si! Me moría de ganas por ser su primera vez; sin embargo me obligaba frenar cada vez que mi mente se llenaba de ideas subidas de tono. Amaba a mi chico y por eso no quería presionarlo y obligarlo a llevar nuestra relación al siguiente nivel.

Quería hacer el amor con Max, pero estaba dispuesto a esperar tanto como fuera necesario, aún si la espera me mataba lentamente, obligandome a tomar duchas frías con demasiada frecuencia.

—¡Lo logré!— gritó cuando logro pasar una de las misiones. —Lo hice bien ¿cierto?

Se giró y clavó sus hermosos ojos azules en los mios. Max era precioso y en momentos como ese, era que ponía mi voluntad aprueba para no saltarle en encima, comerle la boca a besos y deshacerme de su ropa...me obligué a mantener mis pensamientos en frío.

—Si, cariño, lo hiciste de maravilla. —besé su nariz —aprendes muy rápido.

—¿Tú crees?— dejó en control en el suelo y se giró para que quedaramos frente a frente—La verdad es que es muy difícil, pero tú eres un buen maestro y por eso trato de esforzarme, para que te sientas orgulloso.

—Siempre estoy orgulloso de ti, siempre.

Sinrió ampliamente y luego me besó tomándome por sorpresa, por lo general era yo quien tomaba la iniciativa, pero Max mostraba cada vez más confianza y eso me gustaba. El beso se volvió profundo y mi chico se atrevió a mordisquear mi labio y... joder, eso envió pequeñas corrientes electricas a todo mi cuerpo, en especial a mi entrepierna. Lo tome por la cintura y lo pegué más a mi cuerpo mientras él envolvía sus brazos en mi cuello. En cuestión de segundos el ambiente se pusó demasiado calido y mi racionalidad empezaba a dejar de funcionar y en lo único que podía pensar, eran en tirarlo al suelo y...

Un Golpe De Suerte (Suerte #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora