Capítulo 15

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Capítulo 15


    Un antiguo dolor se estaba adueñando de Caroline, pero sin embargo se dio cuenta de que también estaba sonriendo. La vida, al menos, por primera vez estaba siendo justa con ella.



    Aquel caballero, el señor Brian Thomas, le había dado una oportunidad que no le daría nadie más. Tendría un techo seguro donde vivir, por lo que no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Al menos, después de tantas tormentas que había tenido que vivir a su corta edad, el sol se dignaba a aparecer y brillar. Aunque era consciente que el amor jamás estaría escrito en su vida.


      Ella simplemente era una cruel mentira.



     Sin embargo, había una verdad dentro de su corazón. Y también en el de lord Edward Collingwood, sin ella saberlo: El tiempo jamás borra las consecuencias de lo que el ser humano haga.


    Las acciones. Sean buenas o malas. Ellas siempre estarán allí. La verdad siempre golpeará las mentiras. Sin importar las consecuencias.


— Debemos hablar...

— ¡Señor Thomas, me ha asustado!

— Lamento si es lo que he hecho, Caroline... Pero ya es momento de que hablemos...

— ¿Puedo saber de qué? — le preguntó, sintiendo que aquella conversación no sería bueno para ella.

— Acompáñame a mi estudio...



    Caroline le siguió con cierta incomodidad. Por primera vez en la vida, él le hablaba con tanta propiedad. Una corazonada le decía que algo iba mal. Y probablemente ella terminaría sin empleo y sin hogar, de nuevo. ¿A dónde ahora iría?




— Toma asiento...

—¿Puedo saber qué sucede?... Puedo pedirle que vaya al grano... Sea lo que sea, quiero escucharlo... — dijo aún negándose a tomar asiento.

—Tome asiento, señorita... —insistió, por lo que Caroline tuvo que obedecer, aunque por ella, estaría de pie. Solo quería escuchar aquello que él necesitaba decirle.

— Está bien...

— Debo admitir que usted me ha sorprendido con la calidad de su trabajo. Sin embargo, me ha causado curiosidad saber sobre su pasado. Y a pesar de que le prometí que no insistiría en saber sobre su pasado y porqué huye de él, me agradaría entender sus razones... Todo este tiempo la he estado observando. Y no me parece una mujer de una posición inferior a la mía. Me parece que es muy bien educada para ser una simple institutriz o una sirvienta.

— Hay verdades que es mejor no volver a tocar... Posiblemente alguna vez pertenecí a su misma clase social. Sin embargo, las desgracias me arrebataron todo en aquel pasado que no quiero recordar... — dijo al ponerse de pie.

— Espere... Aún no he dicho que esta conversación haya terminado.

— ¿Por qué quiere saber de mí? ¿Piensa echarme?... Nunca le he mentido en referencia a lo demás. Mi nombre es Carolina Peyton. Fui educada como una señorita de sociedad... No soy ninguna impostora. Ni le he mentido sobre mí... Simplemente que hay cosas de mi pasado que prefiero que se mantengan enterrado en él.

— ¿Por qué?

— Porque hay verdades que hieren y lastiman el alma... Hasta no dejar nada de ella.

— Bien... No insistiré más.

— Con su permiso...



     El señor Brian Thomas la observó marcharse. Sabía que había sido algo inapropiado seguir intentando saber sobre aquellos secretos que ella mantenía oculto. Su forma de protección sobre aquello que entristecía su vida, y él lo podía ver, al mirarla a los ojos.


      Después de seguir con su actividad de niñera, sus ojos volvieron a aguárseles. Veía en aquel pequeño niño, aquellos hijos que nunca ella tendría para darle su amor. Jamás sería digna para ser la esposa de alguien. En su habitación, después de irse a descansar, se encerró y el pasado volvió a llegar a su memoria, haciéndola recordar aquel pasado que, de la noche a la mañana, había cambiado con su futuro.


        A la mañana siguiente. Caroline no había podido dormir apenas, tan sólo una o dos horas. Y durante aquel tiempo, había soñado también con Edward. Con ese amor que jamás le sería correspondido. En sus sueños, él había vuelto a su vida, pero había cambiado y tenía un rasgo inquietante y oscuro. La odiaba. No amaba a su verdadero yo. Mientras que Brian Thomas buscaba saber cada vez sobre su pasado. Aquel de que ella no quería hablar, sino simplemente escapar. Ella se había despertado asombrada, creyendo por un momento que sus sueños no eran reales. Y cuando se había dado cuenta de que no sólo eran sueños, se había sentido totalmente abatida.


            Era aquella verdad que le seguía.


               Y le seguiría por siempre...


Blanca Mentira (Editada)Where stories live. Discover now