Capitulo 19

14.3K 1.2K 34
                                    

Capítulo 19

— ¿Aún no ha reaccionado? — había preguntado su buen amigo, cuando él se reunió de nuevo con él, al día siguiente.

— No...—expresó en un tono afligido—. El médico no nos ha dado muchas esperanzas. Es probable que nunca despierte.

— ¡Oh, cuánto lo siento!

— Es mi culpa... Yo la arrastré a huir... Si tan solo la hubiese escuchado... Si tan solo...

— No es momento de buscar culpables...

— Sin embargo, eso es lo que soy... Ella se asustó al verme.


      Un gesto de dolor se dibujó en su rostro.


      Caroline no debía morir. No... No debería morir.


      La arrogancia de aquel hombre y todo lo que había creído que había hecho por su propia voluntad, se fue en ese instante a un drenaje. Ahora se odiaba a causa de todos los errores que había cometido. Y era aún más doloroso comprender que necesitaba a Caroline en su vida.



     Dos días más habían pasado. Todo seguía igual. Y la sensación de vacío llegaba de nuevo como un violento golpe a su corazón, cuando volvió a entrar en aquella habitación, donde ella dormía en aquel sueño profundo que le alejaba de aquella realidad. Su hermoso rostro seguía tan pálido como la primera vez que la había visto allí. Ignorando como haberla reencontrado de nuevo en su vida. Había vuelto su mundo de cabeza.



      Solo podía pensar que si ella moría, jamás se perdonaría el no  haberle buscado y perdonado cuando había tenido tiempo de hacerlo.


— Me he engañado todo este tiempo. Esta mentira me llevó a ti... La vida siempre te estuvo buscando, para hacerme ver que el amor si podía llegar a ni vida y no precisamente en ese compromiso que tanto odiaba... ¿Por qué no lo quise ver antes?


       No podía tolerar el miedo asfixiante que había dentro de su ser. La culpa lo quemaba por dentro. Su ceguera al no querer ver aquella verdad que siempre estuvo en frente de él. Ahora lo golpeaba.


     Y sólo podía rogarle a Dios por ella.


      ¿Quién habría pensado que todo aquello podría suceder?


    Pero la vida le deparaba algo distinto, a cada segundo que pasaba.


     Un día más apareció en frente de él, arrastrándolo a aquella sensación de vacío que le causaba la impotencia.


     Y de pronto, al abrir los ojos de nuevo, se encontró en frente de aquella blanca lapida, en aquella tumba. Su mano derecha rozó, con dolor, donde estaba aquel nombre escrito. Y no podía decirse más que era el único culpable. Su odio y arrogancia la había arrastrado a que ella acabara bajo aquella fría tumba.


     ¿O era sólo un sueño?



— Lord... Collingwood...— escuchó decir, al despertar y al buscar su mirada.



     No sabía si había escuchado bien. O seguía soñando o era producto de sus anhelos.



       Su corazón no supo como reaccionar al verla reaccionar, mientras sus ojos se encontraban.



— Lord... Collingwood... Lo siento...—susurró débilmente—. Siento... haberle... Mentido.

— ¿Caroline? —expresó, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Al mismo instante en que besaba su frente, agradeciéndole a Dios que había escuchado sus plegarías.


Blanca Mentira (Editada)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora