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Los días soleados eran los días que aquel matrimonio amaba. Demasiado a decir verdad. Sonic se levantaba temprano, Shadow se vestía para el trabajo y Sasha , bueno Sasha era punto y aparte.

— ¡Shadow! ¿Quieres café?— preguntó el azulado desde la cocina.

Sonic servía en dos tazas café mientras que con una mano sostenía a Sasha.

— ¡Claro!— respondió alzando un poco la voz bajando las escaleras.

Al ya estar en la cocina depósito un beso en los labios de su amado y luego se dirigió a la pequeña eriza imitando la misma acción pero en su frente.

— Tengo buenas noticias— dijo al tomar su taza de café.

— Te escuchamos—

Sonic dejó a Sasha en la periquera, devolvió su vista a su esposo dándole toda la atención necesaria.

— Bueno, el jefe me dió unos días de descanso — tomó de su café saboreando cada partícula de aquel líquido negro — y estaba pensando en no sé, salir ¿algún lado?.

Desde que Sasha nació ninguno de los tres había salido, Sonic se preocupaba demasiado por su hija y Shadow trabajaba día y noche para darles lo mejor a su familia. Ahora que ya no eran héroes y el team Sonic se separó, ambos erizos buscaban la cercanía del otro, la cercanía de la familia.

Shadow buscaba tan solo un fin de semana o tan solo unos cuantos días de convivir con su familia. Sabía que todo el peso lo cargaba Sonic  y no era justo, ahora que el había hablado con su jefe respecto a sus días de descanso tenía más tiempo de pasar no solo con su esposo, con su hija que era lo más primordial para él.

— ¿Hablás en serio?, que felicidad Shady. ¿Escuchaste Sasha? vamos a salir— Sonic levantó a Sasha elevándola al aire como si estuviera volando.

Sasha soltaba leves carcajadas sacudiendo sus brazos.

Shadow miraba la escena divertido, Sonic lucía feliz le encantaba aquellos gestos que el cobalto le regalaba. Era imposible no amar a ese erizo, se preguntaba el mismo ¿qué había hecho para merecer a Sonic?; ni el mismo sabía.

— Bien lo hablaré con el una vez que hayamos decidido a dónde ir—  sorbio un poco de su café dejando la taza en la mesa.

Tenían tres baños en aquella casa acogedora dos en la segunda planta y un mini baño en la primera.

Shadow se acercó al mini baño queriendo abrir la puerta sin embargo; estaba atascada. Presionó con fuerza el picaporte girando a la derecha para después abrir la puerta recibiendo un grandioso golpe en su nariz.

— ¡Agh! hija de la — cubrió su nariz con ambas manos ocultando aquel insultó.

Algo que Sonic no dejó desapercibido.

— ¡Oye! cuidado con lo que dices, no frente a Sasha— reprendió al azabache.

— ¡Pero me golpeó!— se defendió señalando la puerta, como si la propia puerta tuviera vida.

— Hija de la..—

Aquella voz los dejó estáticos.

— Su primera palabra— dijeron al unísono con algunas lágrimas resbalar.

De fondo se podía escuchar la canción de "We are the champions" de Queen.

𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐬𝐡𝐚 Where stories live. Discover now