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Los fines de semana eran los fines que más les agradaba a la pequeña familia, porque iban al campo.De echo eran todos los fines de semana no había ningún fin en dónde no fueran al campo, era un requisito indispensable.

Sasha disfrutaba ver la naturaleza mientras Sonic y Shadow acomodaban el pequeño picnic improvisado que habían hecho.

Era una vista agradable. El cielo azul, los pequeños arbustos con algunos frutos en ellos, el césped recién mojado le daba un toque mágico, algunas vacas alrededor del pastizal. Una que otra familia se podía ver a lo lejos de ellos.

A Sonic le encantaba jugar un juego infantil.

Las escondidas.

Donde uno de los mayores se escondía llevando consigo a la menor y el otro adulto intentaba encontrarlos. Era un juego de nunca acabar pero realmente era divertido.

Y ni hablar de la comida tan deliciosa que cocinaba el azulado.

La pareja a veces aprovechaba para comerse a besos, pero no de esos besos, besos dulces llenos de amor. Por supuesto, uno que otro agarrón pero nada fuera de lo común.

Sin duda un fin de semana agradable.

𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐬𝐡𝐚 Onde histórias criam vida. Descubra agora