3. Emilia Mansfield.

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1. ¿Por qué privar al mundo del talento?

Cancún no era para mí, Gary me trajo a un mundo completamente nuevo y exitoso. Hay que ser iluso para perder oportunidades de triunfar ¿Acaso esta mal dar todo en lo que uno ama?

Narrador omnisciente.

Emilia había llegado temprano ese día al entrenamiento, en la gradas Ramiro dormía tan calmado que por un momento quiso despertarlo con un balde de agua fría, Benicio también estaba en el lugar, cantando I've got a feeling mientras patinaba, ambos se sonrieron en modo de saludo. La mexicana tomo asiento en las gradas y miro su celular, era raro que su compañera no fuera puntual, sin hacer mucho caso se dedico a retocar su labial. Pronto su visión periférica vio a su amiga entrar.

― ¿Por qué la demora chulita? ― Ámbar se acerco y cruzo los brazos mientras resoplaba.

― Un inconveniente se me atravesó, nunca hay que perder una oportunidad de perjudicar a los ineptos del roller. ― Benicio sonrió de medio lado y se acerco para tomarla de la cintura. Emilia rodaba sus ojos totalmente frustrada por lo inmaduros que podían llegar a ser ambos.

Esa es mi chica. ― Cuando la mexicana escucho aquello alzó la vista y los vio separarse, conocía bastante a su amiga y sabia que cuando ella patinaba de aquella manera era porque estaba pensativa.

―  Diría que esta molesta. ― La voz del joven de cabello rizado hizo sobresaltar a Emilia que se quedo observando fijamente a la argentina, eran los dos mirando a la joven.

No es novedad verla así, los encuentros con los losers la dejan así siempre. ― Los ojos de ambos se encontraron, marrones intensos peleando entre sí. El chico llevo su mano a su barbilla y analizo las palabras de su compañera.

¿Tú crees que tiene dudas? ― Emilia miro por un segundo la camisa del chico encontrándose con una guitarra, pensó en Simón y supo que no era prudente mencionar sus dudas al respecto.

Solo esta en el claroscuro. Ella es como tú, un cordero aprendiendo a caminar. ― La chica se puso de pie y camino para tomar a Benicio del brazo y salir rumbo a la cafetería.

[.]

Fue después del enfrentamiento de Ámbar y Juliana que la rubia pudo confirmar la clara obsesión de su amiga por el Roller, no podía juzgar la sed de venganza que crecía en su amiga pero ¿Cómo la iba a rescatar? Ella sabía que la prioridad era ser el mejor equipo ubicado en la Argentina por el momento y para poder hacerlo debía volver fuertes a cada integrante.

¿Ramiro? Fácil, era flexible y manipulable según el punto de vista de Emilia.

Ámbar, podía tenerla a raya siempre y cuando su venganza este siendo exitosa y para ello debería hacer todo lo que este a su alcance.

Y Benicio, sabia que podía fiarse de aquel sujeto aunque le costaba tener química en la pista con Ámbar, ese era su mayor bache para poder concentrar el equipo del éxito. Pero ella no se rendía jamás, había llegado muy lejos para que alguien arruine su objetivo.

Ya en la noche Emilia se encontraba quemando un par de papeles sin importancia en el basurero de la habitación de la rubia de ojos azules que caminaba de un lado a otro hecha una furia.

¿Quién se cree la estúpida de Juliana para hablarme así? ― La chica tiro todo lo que había en su mesa de noche para después patear lo que estaba en el suelo.

― Creo que le estas dando demasiada importancia, ni siquiera se porque le das permiso de hablarte así. ― Emilia pateo las almohadas y estiró sus piernas en la cama.

― Vos no fuiste humillada, no sabes las ganas que tengo de verla hundida. ―La rubia de ojos marrones rodó los ojos, realmente esto se convertía en rutina.

Si la queres ver hundida deja de dudar de una vez, te vi. Veo cada vez que hablas con él dudas. ¿Eres una red shark o solo llevas el nombre? ― Ámbar pego su mirada en Emilia y gruño rescotandose junto a su amiga quien le acaricio en cabello tratando de calmarla.

Estoy cansada de estar del lado equivocado. ― Suspiro la chica mientras miraba el techo.

¿Cómo sabes cual es el lado correcto? ― Ambas se quedaron en un cómodo silencio mirando el techo, esa noche Emilia sintió por primera vez que tenía una amiga y la soledad que siempre la rodeo por su duro carácter comenzaba a desaparecer. Al fin tenía con quien pelear para destacar, rival o amiga podían ser ambas.

Esa noche ambas compartieron la cama, Ámbar concilio el sueño con facilidad mientras que Emilia miraba como el viento golpeaba el vidrio de las ventanas, era relajante. No quería cerrar sus ojos, recuerdos la golpeaban de repente y atentaban con su cordura.

― Estas sola, ¿Crees que puedes ser nuestra amiga?las niñas eran crueles, envidiosas y no les agradaba lo buena que era en patín. De grupo en grupo siempre, no pude encajar jamás y me pregunté ¿Estaba mal que fuera buena en algo?

¡Claro que no!

Ahí los conocí, entre mis caminatas reflexivas los vi entrenando, los Sliders atravesaban muros y barreras con lo buenos que eran, y no fue mucho tiempo en que me convertí en una y lo di todo.

Luego llego ella. Ámbar Smith, y supe que había más gente tan sola como yo, y los red sharks somos personas reales pero sobresalientes, patinamos con el corazón como cualquier otro equipo y somos los mejores haciéndolo ¿Por qué entonces somos odiados? Creo que ese odio es nuestra fama creciendo y no me molesta.
Ramiro, Benicio y Ámbar son mi verdadera familia ahora y no me molesta que seamos odiados.

El odio mueve muchos medios, y los del roller nos temen por eso pasan cada segundo intentando volver porque no soportaron saber que el amor y el sentir pueden ser superados por el esfuerzo y dedicación.

Emilia se dio la vuelta para quedar frente al espejo arruinado de su amiga, suspiro calmada antes cerrar sus ojos intentando dormir, sabia que todo estaría tranquilo por la mañana.

Red Sharks: En El Claroscuro [Book 1]Where stories live. Discover now