VI: Agosto 25

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|||15 años después|||

Bastó que la alarma proveniente de su celular sonara una sola vez para abrir sus ojos y despertar. Sin protestar, salió de su cálida y amplia cama para ir directo al baño a darse una ducha de agua fría, aprovechando el caliente verano de corea.

Apenas dieron las siete su cuerpo se encontraba seco y vestido para laborar. Sus elegantes camisas y pantalones de tela hacían resaltar lo bien que había crecido y cuando apuesto era. Por último, tomó la pulsera de plata de su mesa de noche y salió de su habitación.

— ¡Oh Dios mío!— se sobresaltó por recordar que tenía compañía.— Sungkyung- ah, creí que habías salido más temprano hacía el hospital.— se acercó incautó a la mujer que yacía en el mesón de su cocina para besarla.— Ayúdame con la pulsera, por favor.

La mujer de cabellos marrón rodeó la muñeca de su pareja y unió los extremos de la pulsera.

— Quise esperarte para llegar juntos ¿Quieres una tostada?

Ambos desayunaron con los rayos del sol atravesando los grandes ventanales del departamento del doctor.

— Se te dan muy bien los desayunos, deberías quedarte más seguido.— sugirió socarronamente el joven, mientras limpiaba su boca con una servilleta.

— Pues deberías invitarme más seguido...— hizo un puchero, sacándole una sonrisa al doctor.— Ya se va hacer tarde, vámonos al hospital.

La pareja subió al carro del doctor y en pocos minutos se encontraron en el hospital con sus batas puestas; estaban pasando el rato en la sala de descanso antes de que su turno comenzara y escucharon a alguien tocar la puerta.

— Pase.— respondió el confundido, ya que normalmente nadie toca antes de entrar al cuarto de descanso. Ellos solo entraban.

Pronto un grupo de diez personas llegaron con un pastel con velas, globos y aquella típica melodía.

Él había recordado.

— ¡Felicidades!— todos felicitaron al unisono y el doctor avergonzado cubrió su rostro con ambas manos.

— ¿Lo has olvidado, verdad?— Sungkyung se le acercó y apartó las manos del rostro del doctor.— Feliz cumpleaños, Seongwu.

Ambos se besaron y el equipo médico detrás de ellos vitoreó la escena de la pareja.

— Sunbae, ¿Cómo es posible que se le olvide su propio cumpleaños? No lo entiendo.— una de las nuevas aprendices preguntó mientras disfrutaban del pastel de cumpleaños.

— Eso se llama envejecer, Sua, jamás crezcas.— respondió uno de los doctores y todos rieron.

— La verdad, desde pequeño que dejé de celebrar mi cumpleaños.

— ¿Qué tan pequeño?

— ¿10 años? No recuerdo del todo, pero creo que mi último cumpleaños fue en el hospital junto a mis dos amigos, en ese entonces.

— ¡¿En un hospital?! ¿Que hacía un niño de diez años ahí? ¿Estaba usted enfer-

— Acabó la ronda de preguntas, Sua.— interrumpió Sungkyung, dándole una mirada asesina.— Acabó el descanso, así que vayan con sus pacientes.

De Vuelta a Otoño ✧ OngnielWhere stories live. Discover now