vii. killer queen

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Diciembre ya ha llegado, y consigo la nieve y las vacaciones. Estaban ya en sus últimos días de clases, por lo que Artemisa se estaba preparando mentalmente a estar sola y a la vez no, según su tía Hermione, Tom siempre se quedaba en Hogwarts durante las vacaciones de invierno. No sabía si esto le serviría de algo.

En el último día se despidió de Narcisse, donde este le decía que hablaría maravillas de ella con sus padres para que fuese recibida en fin de curso, él no quería ver a su familia lejos en un orfanato cuando puede ir con ellos. Abraxas se despidió muy a duras penas con ella, diciéndole que se cuidase de ya sabes quien, y Ara solo la abrazo hasta romperle las costillas y prometerle que le llegaría un regalo en Navidad. Isa solo sonría a lo que decían o rodaba los ojos.

Todos se fueron, y ella se dirigió al gran comedor a cenar. Había pocos estudiantes en el comedor, al menos unos cuatro Gryffindor, cinco Ravenclaw y tres Hufflepuff, y de Slytherin solo eran ella y Tom, que desgracia.

La castaña se sienta lejos de él pero la comida se acercaba más al azabache, haciendo que ella se vaya acercándose cada vez contra su voluntad; ya estaba a dos asientos de estar frente al Slytherin que se decidió por quedarse ahí. Inhalo exageradamente y tomo una pieza de pollo para empezar a cenar. Tom por su parte, observaba los movimientos delicados de la reina ya que no creía que se quedaría, pensaba que la rubia Fawley le ofrecería su casa pero tal parece que no.

Él acabo primero de cenar, por lo que se retiro y en eso Artemisa pudo respirar con tranquilidad. Habiendo terminado de cenar más tranquilamente, decidió ir por unos ingredientes al armario para su poción. Verifico que traía las llaves consigo ya que solo con ellas se puede abrir y cerrar desde adentro, porque dejándolas afuera, olvídate de ver la luz del día. Fue hasta el lugar, abrió la puerta más dejo las llaves colgadas dejando un pedazo de madera entre la puerta para que no se cerrase, no tardaría mucho en conseguir los ingredientes.

Subió las escaleras, en busca de espinas de rosas y rocío de luna, ambos ingredientes adecuados y que nunca había probado en su poción. Sin embargo escucho lo que mas temía, un portazo. Giro rápidamente, casi cayéndose de las escaleras, que tambalearon por el acto, y observó a Riddle cruzado de brazos y mirándola pero detrás de él, la puerta cerrada. Bajo de las escaleras tan rápido como pudo, y cuando acabo, hizo de lado al irritable Slytherin pero aunque lo intentará, la puerta no abriría ni con un alohomora.

— ¡Riddle! — estalla furiosa la chica a encararlo.

— ¿Sí? — dice burlescamente.

— ¡No hagas como si no supieses lo que acabas de hacer! — grita la castaña, queriéndose arrancar los cabellos — ¡Nos acabas de encerrar! —

— ¿Ah, sí? — vuelve a decir sin el mínimo oculto de su diversión.

Debía de admitirlo, ver a la chica fuera de sus cabales le agradaba, parecía un gato furioso. Pero hubo algo que no veía venir, fue un pequeño destello, tan mínimo que nadie hubiera captado; aunque él lo logró. Fue un destello verde, no por su insignia o la corbata, fue algo natural.

La chica se alejó de él y se sentó en una de las escalinatas mientras se cruzaba de brazos debido al enojo.  De hecho, ahora que reaccionaba bien, el azabache dejo colgando las llaves del otro lado de la puerta porque solo pensó en encararla y no encerrarlos ahí mismo. Fue un descuido de los dos, cosa que es inusual. Ambos Slytherin se mantienen lo más lejodos psoibles que la habitación se los permita.

Artemisa lo miraba de reojo, si realmente no supiera quien sería en el futuro, ahora mismo se estaría liando con él. Sus facciones son demasiado sofisticadas y finas pero a la vez varoniles, y su tez casi aperlada pero pálida era un acierto distintivo para su bien peinado cabello negro. Sin duda es un rompecorazones en el colegio aunque no quisiese aceptarlo. A su vez, Tom la observaba de reojo; sino fuese una insufrible sangre pura que desea robarle su puesto, la consideraría como su compañera en una relación. Lo había intentado con Bulstrode, sin embargo ella era demasiado empalagosa para su gusto, por lo que después de eso no vio necesario seguir intentando fingir que le interesaba una relación.

La alemana es guapa a su propio estilo, con sus ondulados cafés deshaciéndose por sus hombros y espalda, o los carnosos labios que tenía, y su piel que parecía terciopelo pero él sabia que detrás de su vestimenta había cicatrices de la guerra que perdurarán hasta el final de sus días. 

— ¿Qué querías hacer?  — cuestiona Isa, apoyando su barbilla en la palma de su mano que era sostenida por sus rodilla — ¿Cuál era el fin de todo esto? Y no vayas a decir que nada, porque eres demasiado inteligente para una respuesta de esa clase —

El mencionado inflo su pecho al escuchar que la mujer reconocía su inteligencia, luego lo baja al no saber que decirle; por primera vez, desde que piso Hogwarts, Tom Riddle no sabía que contestar. Pero es que no hablamos de sus seguidores e inclusive de Dumbledore, sino de una chica que pareciera conocerlo a la perfección para su temor.

— ¿Y yo por qué tendría que contestarte? — responde alzando una ceja.

La castaña rueda los ojos, molesta — Por si no lo viste, Riddle — contesta ella poniéndose de pie y dandos tres pasos hasta estar a su altura  — Estamos encerrados por tu culpa más yo te propongo algo, si sirve el hecho de que estemos así —

— ¿Qué es lo que propones? — dice curioso alzando una ceja, esperando a lo que la pequeña Slytherin le tiene.

— Una tregua — declara la chica — En mi familia siempre se dijo que estas son fechas en las que descubres que tan leal puede ser tu peor enemigo, y somos los únicos de nuestra casa que se quedaron; por lo que nos conviene estar en paz  y no lanzarlos dagas  — dice la castaña echandose su cabello a la espalda y extendió su mano en dirección al prefecto — ¿Qué dices? —

Tom la mira expectante y un tanto sorprendido a lo que le ofrecía pero da una sonrisa de lado y acepta la mano de la chica.

— Todo sea por las fiestas — dice él y Artemisa le dio esclofríos.

Por supuesto, ambos no sabían que el plan de ellos ya había fallado desde el principio con tan solo este acto de enemigos en paz. Que mal por los dos Slytherin, creyendo que cada quien en su mente que iban ganando la jugada.










Sorry, vi que tenia errores gramaticales y tuve que corregirlos.

camouflage | tom riddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora