《 Resumiendo; Me enamoré 》

14.2K 1.4K 383
                                    

» Park JiMin:

La mejor y peor noticia que a mi padre le hubiesen podido dar fue una en la que yo tenía mucho que ver.

—Señora, está usted embarazada.

Demasiado que ver, diría yo...

—¿Es niño o niña?

—Ambas cosas; tienen usted gemelos.

Supongo, que por aquél entonces mi padre era distinto, el amor hacia mi madre también lo era, y esa sonrisa suya aparecía mucho más.

Pero por desgracia, todo aquello se borró cuando solo yo sobreviví.

Cuando por encima de todas las cosas, mi padre quería una niña que poder casar y ampliar negocios. Una niña a la que poder mimar, proteger y presumir.

No un niño malo en historia.

No un niño poco sociable.

No un niño que prefería sacrificarse a sacrificar a los demás.

No un niño tan patético e inútil como yo.

Mi padre no me quería tener.

Pero tuvo que tragarse su odio y criarme.
Bueno, mandar a otras personas a criarme en su lugar.

Mi infancia estuvo llena de tristeza y tonalidades grises, pues a mi padre solo lograba verlo una hora a la semana.

Yo tocaba el violín, con la esperanza de hacerlo sentir orgulloso.

Estudiaba economía con tan solo once años para que supiese que podía heredar su trabajo.

Me mataba a estudiar y a ocultar quién era por él.

Solamente para recibir miradas llenas de desapruebo o ni siquiera una mirada.

Recuerdo que no vi los ojos de mi padre hasta que cumplí los ocho años de edad, y eso fue a través de una fotografía.

Pero entonces me cambié de ciudad, me fui de Busan hasta Daegu y lo conocí a él.

Él, que entró en mi vida como una explosión de color y lo cambió todo.

De arriba a abajo.
Solamente con su carácter y sus insaciables ganas de sacarme de mi cascarón.

Por fortuna o por desgracia, lo logró.

Y mi padre jamás me prestó tanta atención y me habló tanto como lo hizo por ese entonces.

—¡ALÉJATE DE ESA MALA INFLUENCIA!

Pero yo no lo escuchaba, me gustaba escaparme a jugar con él porque me entendía, porque me descubrió miles de mundos y porque me ayudo a descubrirme a mí mismo y por eso, siempre estaré eternamente agradecido.

Pero... Muy en el fondo de mi corazón, también me escabullía con él porque mi padre me gritaba al regresar.
Mi padre me hablaba, aún que fuesen maldiciones y gritos.

Me gritaba, pero al menos me dirigía la palabra.

Y entonces, un día, mi padre dejó de hablarme.

Dejó de regañarme.

Dejó de contarme como a su hijo.

Porque un día, besé los labios de Lee TaeMin a modo de autodescubrimiento, a modo de saber si realmente sentía algo hacia él.

Así lo pensé, pero tras dos semanas saliendo, y diez besos robados, me di cuenta de que sus labios no eran míos.

Eran de otro chico que lo quería incluso más que yo, y que a día de hoy, sigue cuidando de su frágil corazón.

Ayúdame a reparar tu corazón;YoonTae/TaeGiOnde histórias criam vida. Descubra agora