Capítulo 1

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Amigos por siempre...

La campana para terminar las clases sonó por toda la escuela y los chicos salieron rápidamente aplastando a cualquiera que se pusiera en su camino.

Austin y su mejor amigo Alan estaban caminando por los pasillos tranquilamente, ya que Austin tenía que ir a detención. Ambos estaban en su primer año de preparatoria, tenían muchas aventuras por delante o eso era lo que creían.

—No puedo creer que me enviara a detención la cyborg —Gruñó Austin furioso. Éste era un chico algo gruñón y testarudo como su padre, era muy delgado, tenía el cabello corto y castaño, casi llegando a rubio, unos ojos pequeños color verde y unas cejas pobladas.

—Tu te burlaste de su ojo —Respondió su mejor amigo sintiéndose mal por la maestra que sufría Exotropía, que es cuando se les desvía un ojo a las personas.

Alan tenía una actitud bondadosa y calmada, siempre pensaba primero por los demás que en sí mismo. Era moreno, de descendencia latina, con el cabello totalmente negro y unos ojos grandes color avellana. Era formido, ya que ejercitaba de vez en cuando.

—Ella me odia —Respondió el ojiverde acomodándose la mochila. —Por eso yo me burlo.

—¿Aún está en pie la pillamada en tu casa? —Preguntó el chico moreno esbozando una pequeña sonrisa.

—No sé... Estaba pensando en salir con mi otro mejor amigo —Respondió Austin con una mueca.

—¿¡Qué!? ¿Qué otro mejor amigo? —Preguntó Alan exaltado. —Es broma ¿verdad?

—¡Obvio estoy jugando tontin! —Se burló el ojiverde entre risas. —Te veo en mi casa cuando salga de detención.

Austin entró al aula donde sería detención, mientras que Alan se fue a casa para prepararse.

Dos horas después la detención por fin había terminado, pero no podía salir hasta que la maestra le indicara.

—¿Ya me puedo ir? —Preguntó el ojiverde apretando sus mejillas del aburrimiento. —Ya pasaron las dos horas.

—Joven Cooper, pero si apenas han pasado dos horas —Replicó la maestra sarcástica. —Quizá debería darle otra hora más.

—¡No puede hacer eso! —Se quejó Austin furioso.

—Claro que puedo, soy la maestra ¿Recuerda? —Respondió la mujer con aires de superioridad.

El chico se recostó en su asiento muerto de aburrimiento comenzó a jugar con sus dedos como si sacara rayos láser de los ojos, en señal de burla hacia la maestra.

—Fuera de mi vista —Añadió la mujer frustrada, no lo soportaba ni un minuto más, ella tampoco quería quedarse tanto tiempo.

—¡Gracias! —Exclamó el chico triunfante, mientras salía del aula.

—Lo veo mañana —Gruñó la mujer con una mueca.

Alex rápidamente se dirigió a su casa, seguramente Alan ya se encontraba ahí. Al llegar pudo ver que su padre no estaba en casa, éste era el sheriff del pueblo. Al sabir a su habitación se encontró con Alan jugando videojuegos.

Ambos eran tan cercanos que tenían llave de la casa del otro, incluso sus familias eran cercanas, así se conocieron desde que eran niños.

—¿Que tal estuvo detención? —Preguntó Alan con una risa burlona, mientras se llevaba una galleta a la boca.

—Aburrida como de costumbre —Respondió el ojiverde, ya que asistía seguido. —¡galletas!

Ambos se sentaron juntos a jugar y comer galletas.

Sálvame [GAY] Where stories live. Discover now