Capítulo 3

412 41 1
                                    

Siempre juntos

Austin llegó con las malas noticias para los Diaz, su tío Carlos ahora era su tutor legal, así lo quisieron sus padres en el testamento que dejaron.

—¿Quieren que vivamos con el tío Carlos? —Preguntó Alan sorprendido y algo molesto.

—Si, no tiene sentido —Añadió el ojiverde furioso, ya que sabía que su tío no los visitaba en más de diez años, ni siquiera les hablaba.

—No puedo creerlo, el no no ha hablado en años —Dijo el moreno con una mueca. —Tengo que decirle a Sofia.

—Alan, pase lo que pase estamos juntos en ésto —Añadió Austin mirándolo directamente a los ojos.

—Tu y yo siempre juntos —Dijo el moreno con una sonrisa, mientras se dirigía con sus hermanas.

Mientras tanto Austin volvió a la oficina de su padre, ya que aún seguían en la estación.
Al entrar pudo ver que su padre buscaba las llaves del coche.

—¿A donde vas? —Preguntó Austin intrigado.

—Vamos a casa —Ordenó el padre del chico, mientras lo tomaba del brazo.

—Me quedaré de nuevo con Alan ésta noche. —Respondió el chico soltandose del agarre.

—Hijo, has estado con Alan a cada momento durante los últimos tres días —Exclamó el oficial molesto. —Incluso te he dejado faltar a clases. Pero ya es hora de que vuelvas mañana a la escuela.

—¿¡Qué!? —Replicó el ojiverde preocupado. —No puedo dejar a Alan solo.

—No está solo, está con sus hermanas —Respondió su padre cruzado de brazos, quería que su hijo volviera a casa para descansar.

—Pero...

—Sin peros —Replicó el señor Cooper molesto. —Puedes venir mañana después de clases.

Austin ya no quizo seguir peleando con su padre, así que solo asintió y volvió a casa.

Cuando ambos llegaron a casa, Austin subió directo a su habitación, mientras que su padre se encerró en su habitación y sacó el móvil para hacer una llamada.

El timbre comenzó a sonar varias veces hasta que alguien respondió.

—Habla Carlos Diaz —Respondió el hombre al otro lado de la línea, su voz era gruesa y profunda.

—Hola, soy el sheriff Cooper del condado Woodstock.

—¿En que le puedo ayudar oficial? —Preguntó el hombre tranquilo.

—Primero que nada quiero ofrecerle mis más sinceras condolencias por su pérdida. —Dijo el sheriff tragando saliva.

—Ohh si el incidente con el fuego —Añadió el hombre como si fuera no importarle la muerte de su hermana. —¿Algo más en que lo pueda ayudar?

—Ahh si. Estuvimos tratando de contactarlo para notificarle que su hermana lo nombró guardián legal de sus hijos en el testamento —Explicó el sheriff, mientras bebía un trago de whisky.

—¿Ellos hicieron eso? —Preguntó Carlos sorprendido al otro lado de la línea. —¿El testamento no menciona nada de sus bienes?

—No, los chicos tienen la herencia de sus padres y el dinero del seguro por el incendio, pero será dividido entre los tres —Explicó el sheriff un poco incómodo, podía oler la avaricia a kilómetros, sabía que ése tipo no era una buena persona.

—Pero como guardián legal estoy a cargo de sus cuentas bancarias ¿no es así? —Se podía escuchar la emoción y la voz agitada del hombre.

—Técnicamente... Si —El hombre tenía que hablar con sinceridad, ya que era su trabajo. —Pero solo de Alan y Melanie, Sofia ya tiene 18 y solo ella tiene acceso a su parte del dinero.

—Bueno... Entonces iré mañana para recoger a Alan y Melanie —Dijo Carlos con un tono cortante. —Los llevaré conmigo a México.

—¿México? —Preguntó el señor Cooper sorprendido. —¿Qué hay de Sofia?

—Ella tiene 18, seguro puede cuidarse sola —Respondió el hombre con descaro, lo cual hizo enfurecer al señor Cooper.

—¿Enserio vas a separar a Sofia de la única familia que le queda después de perder a sus padres? —Preguntó el oficial con furia, mientras apretaba el móvil con su puño.

—Es una tragedia, pero solo tengo espacio para dos —Dijo el hombre sin ninguna pizca de bondad en su corazón. —Los veo mañana.

—Eres un hijo... —El sherrif fue interrumpido, ya que la llamada había terminado, no podía creer lo descarado que era Carlos. Ni siquiera se molestó en ocultar sus intenciones.

A la mañana siguiente, después de llevar a Austin a la escuela, el sherrif volvió a la estación para ver como estaban los Diaz y contarles lo sucedido con su tío.

—Anoche hablé con su tío Carlos —Anunció el señor Cooper, mientras los tres hermanos escuchaban atentos. —No es el hombre más amable del mundo.

—Lo recuerdo... —Añadió Sofia con una mueca, ya que la última vez que lo vio ella era una niña.

—¿Que dijo? —preguntó el moreno intrigado.

—Dijo que vendrá mañana por Alan y Melanie para llevarlos a México con él —Soltó de pronto el oficial mirando a los chicos.

—¿Y Sofia? —Preguntó Alan preocupado por su hermana mayor.

—Sofia tiene 18 y técnicamente él no es su guardián, así que sólo quiere llevarse a ustedes dos —Explicó el Sherrif Cooper con una mueca.

—¿Estás bromeando? —Preguntó el moreno furioso. —¡Eso una mierda!

—¿Quiere que nos vayamos sin Sofia? —Preguntó la pequeña Melanie, con los ojos cubiertos de lágrimas.

La mayor no dijo nada, solo quedó en shock sin hablar, no quería ser separada de sus hermanos.

—Tranquila Sofia, todo va a estar bien —El sheriff trató de tranquilizarla. —Puedes quedarte conmigo y con Austin, te conseguiremos un empleo y como tienes 18 podrás luchar por la custodia de tus hermanos.

—No puedo estar lejos de ellos Sheriff —Respondió Sofia con lágrimas en los ojos.

—Por favor señor Cooper, no deje que nos lleven —Suplicó la pequeña, mientras abrazaba a Sofia.

—Se que ésto es difícil para todos, pero mis manos están atadas, Carlos tiene todo el derecho de llevarlos con él —Explicó el sherrif frustrado de no poder ayudarlos. —Mientras tanto los tres pueden mantenerse en contacto, además... Austin y yo no hemos tenido unas vacaciones en mucho tiempo y México suena lindo.

El sheriff con todo el pesar del mundo se levantó y abrazó a los chicos.

—Ésto solo será temporal —Explicó el hombre con voz suave. —Volverán a estar juntos en poco tiempo. Los dejaré a solas para que hablen.

El sherrif se marchó y dejó solos a los hermanos para que pudieran hablar, éste se dirigió a su oficina y comenzó a hacer el papeleo.

Horas después volvió a ver como estaban los chicos, abrió la puerta del cuarto donde estaban y no había nadie.

—¿Chicos... ?

Sálvame [GAY] Where stories live. Discover now